La compañía energética Cepsa y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han suscrito un convenio de colaboración para investigar la viabilidad de plantar cultivos energéticos de cobertura en diferentes zonas rurales de España. El objetivo de este acuerdo, la primera colaboración de este tipo que la institución científica realiza con una compañía energética, es llevar a cabo un estudio técnico-económico de diferentes áreas del país y determinar dónde se podrían sembrar estos cultivos. Además de analizar la viabilidad de su plantación, el estudio, que tendrá una duración de un año, también analizará los tipos de cultivo más idóneos en cada zona, así como su capacidad de absorción de CO2, identificando así los que sean más beneficiosos en términos medioambientales.
Los cultivos de cobertura se realizan entre periodos de siembra de los cultivos principales con el objetivo de proteger el suelo de la erosión y, además, aportan otras ventajas para la producción agrícola y el cuidado medioambiental, como el incremento de la fertilidad del suelo, al aportar nutrientes y mejorar su textura; el aumento de la capacidad de retención del agua de lluvia o una mayor absorción de CO2. Asimismo, estos cultivos pueden realizarse en terrenos degradados, como aquellos que han sufrido incendios, ayudando a su recuperación. Estos cultivos se consideran “energéticos” porque parte de la biomasa producida puede emplearse en la generación de energía, además de poder aprovecharse en la fabricación de pienso para el ganado. El producto cosechado, al no competir con la alimentación, puede emplearse en la producción de biocombustibles de segunda generación.
El convenio permitirá a Cepsa complementar sus fuentes de suministro de materia prima para la producción de este tipo de biocombustibles, uno de los principales desafíos de la industria, a la vez que impulsa la mayor autonomía de España en términos de aprovisionamiento e independencia energética. Según Javier Antúnez, director de Biocombustibles de Cepsa, “el objetivo de este acuerdo con el CSIC es ampliar la obtención de materias primas circulares para la producción de biocombustibles de segunda generación, que nos permitan impulsar la descarbonización de sectores cuya electrificación es compleja, como el transporte pesado por carretera, el marítimo o el aéreo, a la vez que generamos nuevas oportunidades económicas y de desarrollo para el campo español.”
El desarrollo y utilización de biocombustibles contribuye a varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, como la energía asequible y no contaminante (ODS 7), el trabajo decente y el crecimiento económico (ODS 8), la producción y el consumo responsables (ODS 12) y la acción por el clima (ODS 13).