La Unidad de Negocio de Navantia Reparaciones Bahía de Cádiz se encuentra inmersa en un ambicioso proyecto de reforma de un crucero en el astillero de Puerto Real. La embarcación, que ingresó en el dique bajo el nombre de Mein Shift Herz, dejará las instalaciones portuarias con una nueva identidad: Marella Voyager, el próximo 25 de mayo.
El proyecto contempla la renovación completa de la pintura del barco, tanto en su obra viva como muerta del casco y superestructura. En este caso, se aplicará por primera vez en Navantia Reparaciones Bahía de Cádiz un innovador producto desarrollado por su distribuidor de pintura, el “seam flow”. Este se utilizará en los cordones de soldadura verticales de la obra viva antes de colocar las dos últimas capas de silicona, lo que permitirá reducir la resistencia al avance y, por ende, el consumo de combustible del barco.
Además, se llevarán a cabo otras obras habituales en este tipo de reparaciones como la renovación de tuberías, la revisión y recorrido de motores eléctricos, entre otras, así como la extracción y revisión de dos estaciones de pescantes y la desinstalación de una de las cinco hélices de maniobra para su posterior revisión.
Pero sin duda, una de las grandes novedades de esta reforma será la técnica utilizada para el trazado de la “filigrana” del casco, que se caracteriza por una ola simulada a lo largo de todo el costado del barco. Se aplicará el escaneo 3D del casco, que permitirá dibujar la referida filigrana de manera más precisa y adaptada a las formas del barco para luego proyectarla con láser sobre el costado. Un trabajo que requerirá la utilización de plataformas elevadoras para conseguir un resultado exacto.
El proyecto supondrá la generación de un gran volumen de empleo en el sector auxiliar de Navantia, que se calcula en torno a los 300 trabajadores. Sumado a ellos, se contará con los 900 empleados que el armador traerá a bordo, además de los 700 miembros de la nueva tripulación. En total, una punta de alrededor de 1.900 trabajadores en total.
El armador, por su parte, renovará el 80% de las zonas comunes del barco, como restaurantes, teatros, salones, etc. Una tarea que requerirá de la asistencia logística de grúas y marinería, así como la gestión de una gran cantidad de cubas de residuos generados en la demolición de estas zonas. Se estima que serán necesarias unas 700 cubas de 17 metros cúbicos para residuos varios y unas 200 para metal.