La Organización Marítima Internacional (OMI) debatirá una propuesta para restringir los trasvases de crudo de buque a buque en alta mar en la próxima sesión de su Comité Jurídico (LEG 110), que tendrá lugar del 20 al 24 de marzo. Dicha propuesta surge tras una comunicación conjunta presentada por Australia, Canadá y Estados Unidos en la que expresan su preocupación “en relación con el régimen mundial de responsabilidad e indemnización resultante del aumento de los trasvases buque a buque en alta mar”.
En esta comunicación se argumenta que estos trasvases “socavan el orden internacional, aumentan el riesgo de contaminación para los Estados ribereños cercanos y amenazan el régimen de responsabilidad compartida e indemnización establecido en el Convenio de Responsabilidad Civil de 1992 y el Convenio del Fondo de 1992 y su protocolo sobre el fondo complementario”.
Asimismo, si los buques y armadores implicados no pueden ser identificados y responsabilizados de los posibles daños por hidrocarburos, tal y como ocurre con aquellos que operan de forma encubierta, socava el principio fundamental de “quien contamina paga”. Según dicha comunicación, estas prácticas “exponen injustamente” a las administraciones nacionales y locales a asumir el coste de la respuesta, limpieza e indemnización en caso de accidente, al no poder ser cubiertas por ningún fondo de compensación.
Australia, Canadá y Estados Unidos piden a los Estados de bandera que garanticen que los petroleros que enarbolan su pabellón cumplan las medidas que prohíben o regulan legalmente las transferencias de buque a buque. También que se considere
la posibilidad de exigir una notificación a su Estado de bandera cuando lleven a cabo una operación de este tipo y que el Port State Control se asegure del cumplimiento de los convenios sobre seguridad y responsabilidad en estos buques.
A raíz de las sanciones impuestas por la UE y el G7 a las exportaciones rusas de crudo y productos petrolíferos, estas operaciones entre buques han aumentado de forma notable, provocando una seria preocupación en muchos gobiernos por el riego medioambiental que suponen.