El barco cablero «Nexans Skagerrak» de bandera noruega continúa operando, desde hace días, en aguas del Estrecho de Gibraltar, lo que ha provocado la desconfianza por parte de los ecologistas de AGADEN, ante la posibilidad de una posible rotura de uno de los cables que tienen su presencia en esta zona.
No es la primera que este colectivo denuncia la presencia y rotura del tendido submarino, provocando una fuga de aceites refrigerantes que afecta gravemente al medio marino, ya que según los co0nservacionistas, el vertido que se produce con cada rotura no es tan inocuo como se pretenden vender, ya que este refrigerante está catalogado como producto químico de toxicidad R 21 y R 22, el cual afecta a la Reserva de la Biosfera, que es deber de todos, protegerla. Una avería de este tipo, añade AGADEN, puede llegar a provocar problemas graves a un sector tan frágil como el pesquero, en la zona.
Ante este hecho y dada la reiteración de roturas del cable de interconexión eléctrica entre España y Marruecos, desde AGADEN-Ecologistas en Acción se ha solicitado al MITECO que se informe sobre los tipos de trabajos que está realizando dicho barco y si es cierto, que se han originado nuevas fugas en los trabajos operativos de sellado y arreglo del cable roto. Además, AGADEN se pregunta, si se ha producido la llegada a puerto de algún tipo de material o restos de cable que por su posible contaminación necesiten de un tratamiento especial al ser productos tóxicos y peligrosos, así como que se informe de las posibles medidas o protocolos de actuación que puedan ser puestos en marcha, por parte del ministerio, para evitar más roturas futuras como las acontecidas.
Por otro lado, los ecologistas exigen al Ministerio de Transición Ecológica que se tomen medidas dirigidas al cambio, en cuanto a que la Red Eléctrica de España (REE) deje de importar energía sucia de Marruecos. Actualmente los 7 cables existentes en el Estrecho de Gibraltar sirven para importar energía “sucia” y barata de Marruecos, al proceder de combustibles fósiles, del país vecino, como el carbón y el gas; sin controles ambientales; lo que según AGADEN supone un negocio redondo para las eléctricas y una situación muy perjudicial para los habitantes de ambas orillas del Estrecho.