Cepsa ha comenzado a producir biocombustibles avanzados (2G) en su Parque Energético ‘La Rábida’, situado en Palos de la Frontera (Huelva). Se trata de un hito importante en la transformación de Cepsa hacia un modelo energético más sostenible. Para producirlos, la compañía ha utilizado aceites usados de cocina, valorizando así estos residuos y fomentando la economía circular.
Los biocombustibles pueden reducir las emisiones hasta en un 80% durante todo su ciclo de vida (en comparación con los combustibles convencionales) y aumentan la independencia energética y la seguridad de suministro, tan relevante en el contexto actual.
Este hito se enmarca en el plan estratégico 2030 de Cepsa, ‘Positive Motion’, mediante el que la compañía impulsa la reducción de emisiones del transporte pesado (marítimo, aéreo y por carretera) a través de la producción de moléculas verdes, principalmente biocombustibles e hidrógeno verde. En concreto, Cepsa aspira a liderar en 2030 la fabricación de biocombustibles en España y Portugal, con una producción anual de 2,5 millones de toneladas.
Los biocombustibles tienen un papel clave en la descarbonización del transporte. Su desarrollo y utilización contribuye a varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030: ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), ODS 12 (Producción y consumo responsables) y ODS 13 (Acción por el clima). Asimismo, su producción está alineada con el conjunto de medidas Fit for 55 de la Comisión Europea, cuyo objetivo es impulsar el uso de combustibles alternativos sostenibles para reducir la intensidad de emisión de gases de efecto invernadero, especialmente en el transporte marítimo y aéreo. En este último, la iniciativa legislativa denominada ‘RefuelEU Aviation’ pretende impulsar la oferta y demanda de biocombustibles de aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025, del 5% en 2030 y del 63% en 2050.
Cepsa ha establecido una ambiciosa hoja de ruta para recortar sus emisiones para el conjunto de sus actividades. En concreto, en 2030, reducirá sus emisiones de CO2 (alcance 1 y 2) en un 55% respecto a 2019 y aspira a ser neutra en carbono antes de 2050. En cuanto a las de alcance 3, la intensidad de carbono de sus productos se reducirá entre un 15% y un 20% en 2030. Cepsa quiere ir más allá del cero neto y alcanzar un impacto positivo, aportando valor en las comunidades donde está presente al permitir que sus clientes y otros grupos de interés avancen en la dirección correcta.