La Autoridad Portuaria de Gibraltar ha confirmado que una pequeña cantidad de fueloil pesado, procedente de la fuga sufrida por el OS 35, el barco que permanece semihundido frente a la costa del peñón, ha escapado por el perímetro de la barrera.
El equipo de rescate a bordo ha identificado la fuente de esta fuga en dos respiraderos de los tanques de combustible del buque. Todos los respiraderos habían sido sellados previamente, pero el sello de dos respiraderos se aflojó al sufrir una grieta en el casco.
Los buzos que permanecen en la zona han podido, en principio, restablecer los sellos, por lo que las autoridades marítimas de Gibraltar están en proceso de detener la liberación de aceite de los respiraderos.
El ejecutivo del Peñón asegura que una segunda barrera anticontaminación establecida por la Autoridad Portuaria de Gibraltar y el Salvamento Marítimo español, a través del buque «Luz de Mar» está tratando de frenar el vertido que tras salir del fondo del buque ha quedado libre en la superficie. Actualmente se están desplegando skimmers a bordo para comenzar a recolectar lo que hay dentro de la barrera. Por otra parte, La barcaza de decantación se acercará al OS 35 en breve para comenzar a bombear su combustible.
La operación para extraer el fuel del OS 35 es extremadamente complicada a nivel técnico por el ángulo del asentamiento del buque. Los expertos internacionales de salvamento llegados desde los Países Bajos que están dirigiendo la operación están preparando una operación para extraer el combustible a la mayor brevedad, pero de la manera más limpia y con el menor riesgo posible.
El ejecutivo gibraltareño ha confirmado, a través de un comunicado, que en el primer momento del impacto del OS 35 con el ADAM LNG, el capitán del granelero negó tener daños, pretendiendo seguir rumbo a alta mar, por lo que no fue Gibraltar quien ‘movió’ al buque para que saliera de la Bahía.
El buque, según las autoridades del Peñón, salía en contra de las instrucciones de la Capitanía del Puerto de Gibraltar, fue entonces cuando notificó que la entrada de agua había sido notable. La única solución viable, en ese momento, para que no se hundiera el buque, provocando un vertido del fuel y el riesgo de muerte de sus tripulantes, fue encallarlo, pues en la bahía se habría hundido y el riesgo ambiental habría sido más alto.