La próxima edición de la Bienal de Flamenco tendrá una cita con los cantes de ida y vuelta la noche del sábado 1 de octubre, jornada de su clausura, que se celebrarán en los tinglados del Puerto de Sevilla.
Serán estos tinglados, junto a la Avenida de Guadalhorce -que discurre en el interior del Muelle de Tablada paralela a la de Las Razas- y con sus características cubiertas onduladas, los que acojan dicha cita con los cantes de ida y vuelta. Un espectáculo especialmente diseñado para la ocasión, que ha contado con la colaboración de Alhambra Monkey Week, otro de los festivales de la ciudad, con la coordinación artística de la propia Bienal de Flamenco. Una propuesta que demuestra la buena sintonía entre dos de los acontecimientos más destacados de la ciudad y el interés de ambos en conjugar inquietudes artísticas y compartir audiencias.
Tradicionalmente, los cantes de ida y vuelta evocan aires musicales del otro lado del Atlántico. Guajiras, milongas, vidalitas, colombianas, rumbas, peteneras, habaneras… nos llegaron a través de Sevilla y Cádiz, por los puertos por donde entraba todo lo que procedía de América. No hay mejor escenario que el Puerto de Sevilla para un concierto donde los cantes de ida y vuelta son los protagonistas en la Bienal de Flamenco.
Estos cantes eran y son un diálogo entre culturas, diálogo que también se propiciará entre creadores. Así, el espectáculo del sábado 1 de octubre contará con la presencia de seis duetos con diferentes artistas, reunidos por única vez sobre las mismas tablas para tan especial ocasión.
Al igual que los cantes de ida y vuelta mezclaban identidades alumbrando palos flamencos, encontraremos aquí toda una miscelánea de estilos —rock, pop, folk, electrónica, hip hop… y por supuesto, también flamenco— en pos del género que da nombre y sentido a la Bienal. Y para ello, las uniones previstas entre músicos no puede ser más atractiva: la independencia sonora y vital de Pony Bravo con el afán investigador de Raúl Rodríguez; la fusión hija de su tiempo de Queralt Lahoz con el quejío eléctrico de Cristian de Moret; la tradición flamenca traída al aquí y ahora por La Plazuela con un cantaor y guitarrista con tanto linaje como presencia, Kiki Morente; la voz tan personal como magnética de Tomás de Perrate con la maestría a las cuerdas de esa pareja sin par que son Pájaro y Raúl Fernández; la sensibilidad latina a flor de piel de Emilia & Pablo con el derroche mediterráneo de Anna Colom; y el vertiginoso flow sureño de Space Surimi con el cante siempre comprometido y hondo de Álvaro Romero.
Tras este espectáculo, otra pareja artística bien avenida, la del ya citado cantaor Álvaro Romero y el productor Toni Martín, (RomeroMartín), serán los encargados de poner broche final con una sesión como djs, conjugando sones flamencos y beats electrónicos. Un fin de fiesta por todo lo alto para despedir bailando, con palmas y jaleo, esta edición tan esperada de la Bienal de Flamenco de Sevilla.