JUCIL lamenta que sólo cinco guardias civiles refuercen el puerto de Algeciras durante la OPE

La Asociación Profesional mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil avisó, en junio, del caos si no se incrementaban las plantillas en este destino

Desbordado, ese es el término con el que JUCIL califica el servicio portuario de Algeciras, el corazón de la Operación Paso del Estrecho que, este año, ha visto cómo el cruce de personas, vehículos y mercancías en dirección a Marruecos se ha incrementado en cerca de un 50% con relación al verano del 2019, ya que en 2020 y 2021 la pandemia mantuvo cerrada esta frontera marítima con el continente africano.

“El puerto está desbordado casi desde el primer día de la operación” afirma Miguel Ángel Moral, secretario provincial de JUCIL en Algeciras. “Ya advertimos de que, después de dos años en los que la frontera con Marruecos ha permanecido cerrada generaría un gran aluvión de personas que quieren reencontrarse con sus familias y que supondría, ante el escaso refuerzo de efectivos, una mayor carga de trabajo por los guardias civiles” agrega el representante de la asociación profesional. “Este lunes se incorporan cinco guardias civiles ha precisado Morán, “cuando según estimaciones de JUCIL serían necesarios al menos 30 agentes para garantizar las comprobaciones de pasaportes de los viajeros, así como los equipajes y su contenido”.

De este modo, con solo un tercio de los refuerzos que se consideran imprescindibles , se darán situaciones en las que habrá tan solo dos agentes para supervisar en los controles y aduana, por ejemplo, a un grupo de pasajeros que hayan llegado al puerto en autobuses y que superarán las 300 personas que pretenden acceder a los barcos con destinado a Ceuta o Tánger, ha añadido Miguel Ángel Moral.

Esta situación se agrava, sobre todo cuando coinciden dos o tres ferris en muy poco espacio de tiempo y los agentes tienen que supervisar el paso de una media de 1.500 personas en poco tiempo con destino o procedentes de Tánger y Ceuta. Lo que puede llegar a provocar situaciones de colapso similares a las vividas recientemente en algunos aeropuertos, si bien aquí a lo anterior se añade ahora que muchos de los afectados deben esperar con sus vehículos, muchos de ellos familias con niños pequeños, en los alrededores del puerto, con unas temperaturas elevadas.

Muchos de los guardias civiles que estos días refuerzan a los compañeros que prestan servicio en el puerto de Algeciras proceden de otros servicios, como el de seguridad ciudadana o de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS), de forma que estos agentes que llegan comisionados dejan de desarrollar sus tareas en otras partes del territorio, lo que también afecta a la seguridad de esas áreas que ven cómo en verano, y para que se puedan atender las necesidades de la Operación Paso del Estrecho, se abandonan o se dejan sin atender de forma adecuada otras tareas.

Según JUCIL la actividad en el puerto es constante durante las 24 horas de día lo que convierte los turnos de los efectivos destinados en estos servicios durante la Operación de entrada y salida en jornadas agotadoras e interminables en las que se atiende y controla el paso 27.000 viajeros y 6.350 vehículos de media diaria en cada jornada desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre próximo. Para la asociación profesional JUCIL, que tiene como objetivo la equiparación salarial de los guardias civiles con las policías autonómicas, con el fin de que se pudieran garantizar una correcta efectividad de los servicios se debería contar al menos con una cifra de cuatro agentes por turno en la zona de cabotajes, donde en la actualidad solo hay dos agentes y es imprescindible, según JUCIL la cobertura con urgencia de las siete plazas de guías caninos, que hasta el momento no se han cubierto.

JUCIL hace además un especial llamamiento para que el Campo de Gibraltar sea declarado, tal y como ha anunciado el ministro del Interior en varias ocasiones, pero sin concretar la fecha, como zona de especial singularidad. Esta declaración para un área en el que se ha registrado en los últimos años un elevado aumento de la actividad delictiva, protagonizada sobre todo por grupos dedicados al robo, a la trata de personas a través del Estrecho y al narcotráfico, llevaría aparejada una mejora en las condiciones laborales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El Ministerio del Interior tiene la capacidad de aplicar esta medida y los agentes obtendrían una especial baremación, ampliación de las vacaciones, un complemento económico y la adecuación de los catálogos de puestos de trabajo de la zona. Unas disposiciones que harían más atractivo este destino para los agentes y que, por lo tanto, evitaría los problemas de carencia de efectivos que se viven en estos
momentos.

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