El buque oceanográfico Francisco de Paula Navarro zarpó del puerto de Palma rumbo a Girona donde se están realizando, estos días, las primeras inmersiones, primero en Cap de Creus y en la comarca de L’Empordà. Durante los próximos 40 días, un equipo de seis buzos -que irá relevándose- realizará en total más de 75 inmersiones.
Se inicia así la campaña de seguimiento de los hábitats del infralitoral rocoso previsto en el proyecto de Estrategias Marinas, un ambicioso estudio que comenzó en 2021, se repite cada año y que cubre todo el territorio. Esta encomienda es el mayor estudio a escala espacial de los hábitats rocosos litorales en España, según David Díaz, investigador del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO y responsable de la campaña.
Los principales objetivos son evaluar el estado de las comunidades bentónicas de fondos rocosos -aquellas que viven fijadas al sustrato- como corales, gorgonias, esponjas o ascidias; hacer censos de los peces y cefalópodos; estudiar especies protegidas; recabar información sobre la presencia de especies invasoras y basuras, así como estudiar hábitats de especial interés como las cuevas submarinas.
En cada provincia se realizarán un mínimo de seis puntos de muestreo, seleccionados siguiendo un gradiente de exposición a diferentes presiones antrópicas y, en cada una, se recorrerán diferentes profundidades, desde cinco metros de profundidad, hasta los 40 metros en algunos casos.
«En la zona litoral se encuentran los hábitats que están expuestos a mayor número de presiones humanas como la pesca, fondeo, navegación y uso turístico, entre muchas otras», apunta Díaz. «Muchas de las especies de hábitat rocosos son muy sensibles a estas presiones y un programa de seguimiento a largo plazo es esencial para determinar su estado de conservación y poder adoptar medidas eficientes y evaluar su respuesta con el fin de conseguir un buen estado ambiental de nuestros mares», explica el científico.