Un nuevo sistema de seguimiento lanzado por Greenpeace Reino Unido ha identificado al menos 148 barcos que transportaban petróleo y gas desde Rusia desde el comienzo de la invasión de Ucrania por parte de Putin el 24 de febrero, y 69 de ellos se dirigían a Europa. A pesar de que algunos países declararon la prohibición de la llegada de buques rusos, la carga rusa sigue llegando a través de buques registrados en otros países.
La organización ecologista ha utilizado datos de tráfico marítimo para monitorear y señalar las rutas de cargamentos de combustibles fósiles desde Rusia cada día, a pesar de que, esta semana, los líderes de Estados Unidos y el Reino Unido anunciaron que ya no permitirán que el petróleo y el gas rusos ingresen a sus países, como una estrategia para reducir la financiación de la guerra. La Comisión Europea ha publicado un plan para reducir su dependencia de los combustibles fósiles rusos.
Greenpeace España ha denunciado la entrada en el Puerto de Bilbao de gas ruso que financia la guerra. El barco cargaba casi 160.000 m3 de gas licuado y es uno de los 37 cargamentos anuales que suele fletar Naturgy los últimos años desde la Siberia Rusa. También, la semana pasada, Greenpeace Francia salió al encuentro de otro buque cisterna ruso de GNL que había intentado atracar en el Reino Unido pero fue desviado después de que el sindicato de estibadores se negara a descargar su contenido[5].
En los últimos días, Shell ha tenido que disculparse por su decisión de comprar un cargamento de crudo ruso a bajo precio, y ahora la empresa se ha comprometido a dejar de comprarle a Rusia. Este país es la mayor fuente de importaciones de combustibles fósiles de la Unión Europea. En 2019, dos quintas partes de las importaciones de gas fósil de la UE procedieron de Rusia, al igual que más de una cuarta parte de las importaciones de petróleo crudo y casi la mitad del carbón importado. Las importaciones de energía de la UE desde Rusia costaron 60.100 millones de euros en 2020.
Greenpeace hace un llamamiento a Europa para que rechace y prohíba cualquier importación de combustibles fósiles de Rusia como un paso inmediato para debilitar la maquinaria de guerra de Putin y salvar vidas, y elimine rápidamente todos los combustibles fósiles para proteger a la humanidad de futuros conflictos. La organización reclama el fin inmediato de la guerra y reitera su condena a la agresión militar de Putin, su solidaridad con las víctimas civiles y el apoyo a las protestas pacíficas de activistas de todo el mundo contra la guerra.