Una reunión en la delegación territorial de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Junta de Andalucía en Cádiz, con la presencia de la delegada, Ana María Bertón Belizón, el alcalde de la ciudad, Juan Franco, la concejal y delegada municipal de Pesca, Raquel Ñeco, y representantes de la empresa Ubago, concretamente su consejero delegado, Andrés Espinosa, ha servido para analizar la problemática que afecta actualmente al corruco y el langostillo, ya que un buen número de familias del municipio dependen directamente de esta pesquería, que junto con la melva son las más importantes que tiene la ciudad.
En concreto, el corruco representa el 70% de los ingresos productivos del sector, junto con lo todo lo relacionado con la transformación del producto en el artículo que comercialmente se conoce como langostillo.
El alcalde ha valorado la reunión como muy positiva, por cuanto la delegada territorial ha tenido ocasión de conocer de primera mano por parte de Ubago la situación por la que atraviesa la pesca de esta especie, comprometiéndose a seguir trabajando con la Dirección General de Sanidad y el resto de organismos competentes al objeto de buscar una solución al problema.
Juan Franco confía que en breve se cuente con una respuesta que satisfaga las demandas del sector, que básicamente se refieren a la toma de muestras y el recálculo del nivel de toxinas que puede tener como máximo el producto, subrayando la importancia que la decisión tiene para el municipio, la creación de riquezas y el mantenimiento de los puestos de trabajo.
El sector pesquero, principal afectado por esta situación, sufre el problema en las 34 empresas familiares que pescan el corruco, porque son barcos artesanales en los que trabajan, padres, hijos, tíos, etc… y no pescar corruco supone una pérdida para ellos del 65 % de su producción anual sin tener otra alternativa de recursos. Actualmente sólo están trabajando 8 barcos, 5 de red / palangre y 3 de nasas dirigidas al pulpo, pero el resto de barcos, 26, están amarrados a puerto.