Dos expertos en ecología larvaria de túnidos del Centro Oceanográfico de Málaga del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) participan en una expedición internacional liderada por la Institución de Oceanografía Scripps que, durante 54 días, explora una remota área del Índico que supone la única zona conocida de desove del atún rojo del sur con el objetivo de mejorar el conocimiento sobre esta especie y contribuir a su conservación.
En el océano Índico, en una pequeña área entre el noroeste de Australia e Indonesia, se encuentra la única zona de desove conocida del atún rojo del sur (Thunnus maccoyii). Se trata de una especie migradora de largas distancias, muy apreciada en gastronomía y con un alto valor comercial, que está catalogada actualmente por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie en peligro de extinción.
Estos túnidos se desplazan miles de kilómetros cada año desde sus áreas de alimentación, a lo largo del océano Indico, para poner sus huevos en esta remota zona de aguas tropicales, algo que lleva años desconcertando a los científicos. “Se trata de un área en la que la concentración de nutrientes es, en promedio, muy baja, por lo que en teoría el alimento disponible no cubriría los requerimientos nutricionales de la enorme cantidad de larvas que se desarrollan en esta zona”, explica Raúl Laiz, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) que participa en la expedición.
Desde 1987 no se exploraba esta remota zona del Índico y, hasta la fecha, se desconocen muchos aspectos fundamentales del hábitat de las larvas de atún rojo del sur: ¿cuál es la fuente de nutrientes que sustenta la productividad de la zona?, ¿cómo es la red trófica del plancton que da lugar al zooplancton del que se alimentan las larvas?, ¿cómo se reparten los recursos alimenticios con otras especies coexistentes?, ¿cómo afecta esto al crecimiento larvario y a su supervivencia?
Ahora, gracias a un proyecto liderado por la Institución de Oceanografía SCRIPS de la Universidad de California, en el que participan otras universidades de EE.UU. e instituciones de varios países, entre las que se encuentra el IEO, se está llevando a cabo una expedición de 54 días a bordo del buque oceanográfico Roger Revelle que tratará de dar respuesta a estas cuestiones.
El buque partió el pasado 20 de enero del puerto de Guam, donde tiene previsto finalizar en próximo 14 de marzo. La campaña está siendo un éxito: se han encontrado y muestreado grandes cantidades de larvas de atún rojo del sur y se están tomando medidas sobre las condiciones oceanográficas y biogeoquímicas que permitirán entender cómo es la reutilización de nutrientes y la cadena trófica que definen el hábitat de puesta del atún rojo del sur.
“Hemos realizados cuatro ciclos completos de cinco días cada uno siguiendo la misma masa de agua donde hemos encontramos miles de larvas de atún rojo, lo cual supera nuestras expectativas al inicio de la campaña”, apunta José M. Quintanilla, investigador también del IEO en Málaga a bordo del buque. “Estos datos serán fundamentales para mejorar nuestro conocimiento sobre esta especie y aplicarlo para mejorar la gestión de sus pesquerías y garantizar la conservación de sus poblaciones”, apunta el científico.
Raúl Laiz y Jose M. Quintanilla son expertos en ecología de larvas de túnidos con una gran experiencia en el estudio del atún rojo Atlántico en sus dos grandes áreas de puesta: el mar Balear y el golfo de México. En cuanto a este proyecto sobre atún rojo del sur, su principal papel se centra en conocer cómo se reparten el poco alimento disponible con las larvas de otras especies de túnidos y cómo, de esta forma, les afecta la competencia al crecimiento y supervivencia de las larvas.