Un equipo científico de la Universidad de Málaga y el Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) ha descrito una nueva especie de molusco gasterópodo encontrada en el Seco de los Olivos, un monte submarino frente a la costa de Almería, que se consiguió capturar vivo el pasado verano durante una campaña a bordo del buque Ángeles Alvariño mediante el vehículo no tripulado ROV Liropus.
Los investigadores sospechaban de la existencia de esta especie desde que, en 2016, durante la campaña oceanográfica MEDWAVES del proyecto europeo ATLAS, a bordo del Sarmiento de Gamboa, apareciesen conchas vacías de este pequeño gasterópodo entre los muestreos realizados con dragas de bajo impacto sobre el fondo marino.
Este hallazgo se produjo durante la campaña multidisciplinar CIRCAESAL 0721, realizada en el mar de Alborán durante julio y agosto del año pasado
Cinco años después, gracias a la observación directa mediante el vehículo no tripulado ROV Liropus, se localizaron ejemplares vivos y se recogieron cinco de ellos para su estudio.
Este hallazgo se produjo durante la campaña multidisciplinar CIRCAESAL 0721, realizada en el mar de Alborán durante julio y agosto del año pasado, en el marco del Programa de Seguimiento y Evaluación de Hábitats Circalitorales y Batiales que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha encargado al IEO dentro de las acciones vinculadas a la Directiva Marco sobre las Estrategias Marinas.
Los científicos acaban de publicar en la revista Mediterranean Marine Science la descripción de esta nueva especie que han bautizado con el nombre de Epistocomitra angelesae en honor al buque oceanográfico Ángeles Alvariño, a bordo del cual se filmaron y recogieron los ejemplares vivos.
Epistocomitra angelesae es un molusco gasterópodo de apenas dos centímetros de largo que habita en fondo arenosos con restos de coral muerto en montañas submarinas entre 250 y 320 metros de profundidad. Aunque hasta el momento solo se ha encontrado en el Seco de los Olivos, los científicos creen que podría aparecer en otras zonas del Mediterráneo, ya que la forma de su concha indica que sus larvas son planctónicas y, por tanto, viajan en la superficie del agua movidas por las corrientes hasta que encuentran un hábitat propicio donde desarrollar su vida adulta. Esta nueva especie se suma a otras descritas anteriormente en el Seco de los Olivos con la ayuda de ejemplares recolectados durante la campaña multidisciplinar MEDWAVES. En 2019, se describió el gasterópodo Mitrella templadoi (dedicada al investigador y malacólogo José Templado del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid) y en 2020 se encontró otra nueva especie, esta vez se trataba del briozoo Buskea medwaves, dedicada a dicha campaña MEDWAVES.
En la actualidad, los científicos siguen analizando otras especies que podrían ser nuevas para la ciencia y que han sido recolectadas en el mar de Alborán y en el cercano golfo de Cádiz en los últimos años. «A medida que vamos explorando nuevas zonas profundas, y analizando las diferentes muestras recogidas, nos damos cuenta de la inmensa riqueza y biodiversidad que contienen estas zonas de confluencia entre el Atlántico y el Mediterráneo» explica José Luis Rueda, investigador del grupo de Geociencias Marinas del Centro Oceanográfico de Málaga del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) y coautor del trabajo. «Nos preocupa que algunas especies nunca lleguemos a documentarlas por primera vez en estado vivo y que no lleguemos a tiempo de preservar sus poblaciones debido a la imparable pérdida de hábitat y biodiversidad que estamos sufriendo en esta zona y a escala global», alerta el científico.