Activistas de Greenpeace han accedido a bordo del buque «Esperanza» al puerto de la planta regasificadora de Enagás en Sagunto (Valencia) para impedir la entrada del buque gasero «Merchant» que proviene de Estados Unidos, cargado de gas de fracking. Greenpeace ha exigido a Enagás (operadora de la red de gas) y a las empresas energéticas un plan de abandono progresivo del gas fósil. Los activistas, de 18 nacionalidades distintas, han portado pancartas con los mensajes “EL GAS NO ES EL FUTURO” y “NO + GAS” en español y en inglés.
Zódiacs de la organización se han aproximado al «Merchant», que porta un cargamento de 138.000 metros cúbicos de gas licuado, para pintar en su costado el mensaje “NO + GAS”, mientras un escalador se ha encaramado al ancla del barco para ejercer una resistencia pasiva.
Greenpeace reclama al Consejo Europeo extraordinario de Energía, que aborde la escalada de los precios desde la raíz del problema, es decir, la dependencia que existe del gas. Los gobiernos deben aplicar medidas urgentes para proteger a las personas vulnerables afectadas por las subidas de los precios de la energía causadas por la volatilidad del gas, y acelerar la eliminación de todos los combustibles fósiles, incluido el gas, para evitar futuros riesgos, según los ecologistas.
La planta de regasificación junto a la que está anclado el «Esperanza», es propiedad de Enagás en un 72,5% y es uno de los puntos calientes de la llamada crisis del gas. Greenpeace advierte que ya se están viviendo las consecuencias de esta crisis, tanto en la economía global, como en la nacional, afectando a toda la población por los continuos récords de subida de precios en la factura eléctrica. A esta crisis de precios se le suma la grave emergencia climática a la que nos enfrentamos. En concreto, de media, la planta de Sagunto es responsable de unas 4,5 millones de toneladas de emisiones directas anuales de CO2, según los conservacionistas.
Con esta acción de protesta pacífica, y a menos de una semana del inicio de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebrará en Glasgow (COP26), Greenpeace denuncia que el gas no es un combustible ni limpio ni de transición, ya que en realidad es un potente emisor de gases de efecto invernadero compuesto fundamentalmente por metano, un gas con un potencial de calentamiento global a los 20 años, 84 veces superior al del CO2. En su proceso de extracción y transporte hay filtraciones de metano y finalmente durante su quema para los diferentes consumos, también produce CO2.
El pasado 4 de octubre Greenpeace, junto con otras 20 organizaciones, lanzó una iniciativa europea ciudadana para prohibir la publicidad y patrocinios de los combustibles fósiles. El objetivo es conseguir un millón de firmas que la organización está recogiendo a través de la página web ¡Basta de publicidad de combustibles fósiles!. Greenpeace también ha realizado acciones de protesta similares en Holanda y en Croacia.
La organización ecologista considera imprescindible establecer un calendario para el abandono del gas junto con el resto de energías sucias y aumentar la proporción de energía renovable en el mix energético con participación de la ciudadanía. Greenpeace demanda que haya un sistema eléctrico 100% renovable, libre de gas fósil, no más tarde de 2030 y alcanzar el cero neto de las emisiones en 2040.