La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía ha liberado, en la playa marbellí de Cabopino, 39 ejemplares de tortugas bobas pertenecientes al nido localizado en agosto de 2020 en Fuengirola y que han permanecido, durante más de un año, al cuidado del Centro de Gestión del Medio Marino (Cegma) del Estrecho y del Acuario de Sevilla. Esta es la segunda suelta de tortugas bobas del nido originario de Fuengirola, tras el que se realizó el pasado mes de agosto con la participación del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Se han seleccionado cinco ejemplares para que porten marcadores satelitales para que, gracias a este equipamiento tecnológico, los técnicos de la consejería puedan estudiar el comportamiento de estas tortugas bobas, las rutas que realizan y su grado de supervivencia. En este sentido, estos ejemplares con marcadores satelitales permitirán conocer mucho más sobre los primeros años de vida de esta especie amenazada.
Para que la suelta de una tortuga se pueda hacer con las mayores garantías de supervivencia, se mantienen en cautividad hasta que superen un peso mínimo de 500 gramos. En la primera liberación e ejemplares, la del 2 de agosto, se quedaron sin soltar todas aquellas tortugas que no superaron los 500 gramos y que son las que han sido liberadas. Además, para decidir si una tortuga es apta para ser liberada existe un protocolo específico, basado en un chequeo veterinario en el que se verifica, por un lado, que el animal se encuentra en un estado óptimo de salud y, por otro, que es capaz de sobrevivir por sí mismo en libertad.
Para programar y organizar la suelta, se tiene en cuenta la época del año y las condiciones meteorológicas del día elegido. Antes de ser liberadas, las tortugas marinas se pesan y miden, además de ser marcadas con un microchip subcutáneo, para su posterior identificación en el caso de que algún día aparezcan varadas en alguna playa.