El puerto de Vigo verá zarpar hacia su destino definitivo a un crucero, el “Lord of the Highlands”, peculiar por muchas razones. No tanto por su dimensiones -apenas 45 metros de eslora- ni por su lujoso diseño y acabado, sino por las intrincadas circunstancias que han rodeado la conversión de un transbordador de pasajeros, entre dos puertos mediterráneos, en un hotel de lujo flotante que navegará por lagos, islas y canales de Escocia. Una auténtica metamorfosis náutica que ha puesto a prueba no sólo la pericia en el diseño y la ejecución de una radical remodelación naval por parte de la firma Oliver Design, sino también su capacidad para gestionarlos imprevistos derivados de una situación inédita como la pandemia del coronavirus.
Tras 16 meses de trabajo invertidos en la completa reforma del barco, la compañía española se encontró en marzo del año pasado ante una tesitura inesperada: el armador británico que había encargado el trabajo rechazaba hacerse cargo del barco ante las negras perspectivas del turismo náutico, en plena eclosión de la COVID-19. Especializada en diseño y arquitectura naval, la firma con sede en Getxo (Vizcaya) se vio obligada a asumir la propiedad del barco como modalidad de pago por sus servicios, e iniciar gestiones para encontrar comprador entre operadores turísticos de todo el mundo. Y ello en un momento en el que cualquier tipo de crucero turístico había quedado suspendido ante la alarma sanitaria.
Tras entablar negociaciones con armadores españoles, griegos, norteamericanos y australianos, la compañía logró finalmente cerrar la venta del “Lord of the Highlands” con un operador que pretende dar al barco el mismo destino para el cual fue remodelado: travesías de pocos días de duración por los lagos de las Tierras Altas de Escocia y las Islas Orcadas. Y el crucero está ahora a punto de partir hacia su destino definitivo desde Vigo, en cuyo puerto se ha llevado a cabo su reconversión.
El nuevo propietario del barco es Hebridean Island Cruises Ltd, una compañía con sede en Skipton (Yorkshire, en el Norte de Inglaterra) especializado en cruceros de lujo, cuyo principal activo ha sido hasta la fecha el “Hebridean Princess”, otra embarcación de tamaño medio dedicada a explorar las islas de la costa Oeste de Escocia. Hebridean anunció en agosto pasado la adquisición del “Lord of the Glens”, un barco muy similar al “Lord of the Highlands”, propiedad de Magna Carta Steamship Co Limited, el mismo armador que encargó este último proyecto.
De Turquía a Escocia, pasando por Vigo
La singular trayectoria del “Lord of the Highlands” se inicia en 2012, cuando el astillero turco Medyilmaz concluye la construcción de un pequeño ferry de 400 plazas, el “Necdet Ali Yildirim”, para cubrir un corto trayecto de ocho millas entre el puerto turco de Cesme y la isla griega de Quíos. Una embarcación destinada a cubrir una breve travesía, sobria y carente de cualquier tipo de lujo, que ha experimentado, de la mano de OLIVER DESIGN, una radical transformación. Y que tiene su antecedente en un trabajo similar realizado hace 20 años por la firma española para el mismo armador, la compañía británica Magna Carta Steamship Co Limited, con sede en Londres.
En aquel caso, se trató igualmente de remodelar completamente un transbordador que operaba en el Mar Egeo para convertirlo en un crucero de pequeño formato, el “Lord of the Glens”, destinado al turismo en Escocia. Sus dimensiones son muy parecidas al “Lord of the Highlands”: 46 metros de eslora por 10 de manga, cuatro cubiertas y una capacidad para 54 pasajeros y 20 tripulantes. Además de esta primera y radical reconversión, OLIVER DESIGN se ocupó más
recientemente de su rehabilitación y puesta al día, en el año 2015.
El “Lord of the Glens” ha proporcionado a Magna Carta una ruta turística única: la conexión entre Inverness, a orillas del Mar del Norte y considerada la capital de las Highlands, con la costa Oeste de Escocia y las islas Hébridas(Mull, Iona y Skye), atravesando el mítico Loch Ness. Dicha conexión es posible gracias a una histórica obra de ingeniería que está a punto de cumplir 200 años: el Caledonian Canal, que salva la lengua de tierra de apenas 30 kilómetros que separa dos mares en su parte más estrecha. Inaugurado en 1822, las pequeñas dimensiones de las 29 esclusas que permiten salvar las diferencias de nivel entre los tres grandes lagos que atraviesa el Canal y el mar -de hasta 32 metros de altura- solo permitían el paso de pequeñas embarcaciones privadas de recreo. Magna Carta ideó un “hotel flotante” ajustado a su tamaño, proporcionando una oferta turística exclusiva por las limitaciones en el número de pasajeros, apenas 50 en cada singladura.
Lo original de la propuesta y el escaso número de plazas convirtió al “Lord of the Glens” en un crucero muy exitoso, cuyas listas de espera obligaban a reservar plaza con hasta dos años de antelación sobre la fecha de la travesía. Lo que indujo al operador turístico a duplicar su capacidad con el “Lord of the Highglands”. El proyecto de conversión -diseñado, dirigido y supervisado por OLIVER DESIGN en la modalidad llave en mano- ha supuesto un trabajo singular en el ámbito naval, especialmente en el segmento de buques de pasaje. Al tiempo que ha representado un doble desafío: por un lado, su complejidad técnica, que ha implicado entre otras cosas redimensionar el casco; y por otro, el cuidado acabado de interiores que exige una embarcación de recreo del más alto standard. Algo equiparable a lo que, en el sector de automoción, supondría convertir un autobús de transporte urbano en la más sofisticada y lujosa autocaravana.
Se da la circunstancia de que el nuevo crucero completará sus dos singladuras más largas y complicadas en el tránsito entre su primer destino y el que le espera en breve. Y es que el “Necdet Ali Yildirim”, tras siete años de servicio conectando dos islas del mar Egeo separadas por apenas ocho millas, tuvo que completar una travesía de 2.500 millas náuticas hasta recalar en Vigo para su remodelación. Y el ahora renombrado “Lord of the Highlands” deberá emprender un viaje de unas 1.300 millas hasta su nueva base en Inverness, desde donde completará trayectos nunca superiores a 200 millas náuticas en sus diferentes rutas.