El Ayuntamiento de San Roque ha tenido que acometer, por segunda vez este verano, la apertura de la bocana del río Guadiaro, que se había cerrado recientemente. El Consistorio ha acometido esta labor a pesar de que un informe de la Abogacía del Estado establece que se trata de una competencia de la Junta de Andalucía. Pero, ante la inacción de la Administración Autonómica, ha tenido que actuarse de manera urgente para evitar la muerte de peces y problemas sanitarios.
Una retroexcavadora está retirando la arena que impedía la salida al mar del agua del río Guadiaro, mientras que un camión volquete transporta el material a cierta distancia.
Hay que recordar que el pasado 23 de julio se realizaron estas mismas labores, también a cargo del Ayuntamiento, ya que la Junta de Andalucía se negó a acometer estos trabajos a pesar de que estaban empezando a morir peces. En esta ocasión no ha habido que lamentar pérdidas en la fauna y flora del río, porque el agua estaba todavía suficientemente oxigenada, si bien en unos días podría haberse repetido la situación, que también genera malos olores y posibles problemas sanitarios.
El taponamiento de la bocana del Guadiaro es una cuestión recurrente cada verano por el poco caudal del río, especialmente tras los temporales de levante o cuando sopla viento del sur. Y en cada ocasión el Ayuntamiento debe afrontar su apertura, porque ni Gobierno Central ni Junta de Andalucía se hacen cargo del problema.
En 2017, la abogacía del Estado, a instancias del Consistorio sanroqueño, emitió un informe en el que señalaba que la competencia era de la Junta de Andalucía, y desde ese momento, no se ha rebatido dicho informe. Además, el paraje se incluye en la Red Natura 2000, que gestiona la Consejería de Medio Ambiente.