La Autoridad Portuaria de Bilbao ha planteado un reto que lleva por título: “¿Cuál es la mejor forma para evitar que las partículas difusas procedentes de los graneles sólidos almacenados a la intemperie en un muelle se dispersen hacia el espacio de empresas colindantes?”, para lo cual ha pedido que se aporten diferentes propuestas.
El Puerto de Bilbao cuenta con varios muelles dedicados al almacenamiento, carga y descarga de graneles sólidos que han supuesto en el 2020 un 12,4% del total del tráfico gestionado en el recinto que son gestionados por varias empresas concesionarias. Estos graneles se encuentran en su mayor parte almacenados en montones y a la intemperie. Esto supone que los fenómenos meteorológicos como el viento, o el propio movimiento de carga y descarga genere una difusión de partículas que, según la pulverulencia del material, puede suponer graves incidencias en las empresas colindantes.
Estos aspectos adversos de la operativa portuaria acarrean costes para la Autoridad Portuaria de Bilbao, por la presencia de polvo depositado sobre viales, las redes pluviales, de distribución o el propio fondo de la dársena, implicando un incremento significativo en los costes de mantenimiento de la Autoridad Portuaria. Costes de emergencias o incidencias consecuencia de los aspectos ambientales ligados a la manipulación de graneles que pueden desencadenar emergencias o no conformidades legales, que pueden afectar al rendimiento operativo del puerto o tener gastos no previstos de remediación que afecten a la eficiencia económica de la actividad.
También afecta a los costes de oportunidad, generados por la contaminación cruzada entre mercancías o la interferencia con otras actividades que requieren niveles de calidad ambiental elevados, lo que supone una pérdida de calidad de servicio que puede impedir el desarrollo de otras oportunidades de negocio. A estos se suman, los costes de reputación, debido al desempeño ambiental no adecuado que puede comprometer la imagen y reputación del puerto, generando desconfianza entre distintos agentes sociales, lo cual puede tener efectos negativos, tanto en el desarrollo normal de la operativa portuaria como en el desarrollo de posibles actuaciones sobre la infraestructura del puerto, con el consiguiente coste económico para la Autoridad Portuaria.
Desde la Autoridad Portuaria de Bilbao, se han valorado como posibles soluciones, la instalación de paneles móviles, la cobertura de los montones con lonas, una cinta transportadora carenada y humectante o espray de agua. También se han valorado las medidas incluidas en la Guía de buenas prácticas en cuanto a la manipulación y almacenamiento de graneles sólidos, pero tampoco han dado respuesta en cuanto a la manipulación y almacenamiento de graneles sólidos planteado por el Puerto de Bilbao.
La solución que se busca debería ser una alternativa a estas medidas. Hay varios motivos por los que estas soluciones no han prosperado, que versan desde la
responsabilidad en la implementación de la solución y la viabilidad económica/operativa de la misma. En primer lugar, son las empresas concesionarias que almacenan y manipulan los graneles sólidos las responsables de implantar las medidas que minimicen la afección en el entorno derivada de su actividad. Por otro lado, las medidas aplicables más efectivas existentes en la actualidad requieren de una importante inversión y son proyectos de gran envergadura difíciles
de llevar a cabo. Por último, las medidas que se vayan a aplicar han de interferir o perjudicar lo mínimo posible en la operativa de almacenamiento, de carga y descarga de los graneles sólidos, ya que esto influye significativamente en los costes de las empresas que los trabajan.