El próximo 30 de junio expira el período de gracia pactado con el Reino Unido para el comienzo de la aplicación de controles aduaneros, por lo que, a penas faltan de dos semanas para que las mercancías que se envíen o procedan del Reino Unido (excluido Irlanda del Norte) sean tratadas como si fuesen exportaciones o importaciones de cualquier país tercero, por lo que dichos tráficos estarán sujetos a formalidades aduaneras.
Una situación que, de momento, ha provocado pocos cambios en Gibraltar , donde apenas ha habido algún problema con la entrada de productos lácteos y cárnicos, pero donde sí, se han producido algunos retrasos en la recepción de productos perederos del Reino Unido que incluso han ocasionado incremento en los gastos de gestión a los importadores.
Así las cosas, a partir del 1 de julio, la tramitación de las declaraciones aduaneras completas se formalizarán en el punto de entrada con el pago de aranceles correspondiente y las declaraciones sumarias de entradas se requerirán para todos los bienes. En cuanto a la mercancía sujeta a controles sanitarios o fitosanitarios, deberá entrar a través de un punto de control fronterizo (PCF), por lo que habrá un aumento de los controles físicos y de la toma de muestras, que se realizarán en los PCF y no en los puntos de destino como ocurría hasta ahora.
Asimismo, el sistema de movimiento de vehículos de mercancías (GVMS), queda implantado para todas las importaciones, exportaciones y tránsitos en aquellas fronteras que hayan decidido introducirlo. No obstante, algunos de estos trámites pueden variar en función del punto de entrada de la mercancía en Gran Bretaña, debido a que algunos puertos pueden requerir notificaciones previas a las declaraciones de aduana y otros no.