El Puerto de Tarragona ha terminado los 460 metros de viga cantil de la parte exterior del muelles de Baleares, durante esta semana se realizarán las tareas de traslado del carro de encofrado y se empezará a construir la viga cantil del muelle interior, de 270 metros. Para esta viga cantil exterior se han utilizado 4.000m3 de hormigón.
Sobre ella se instalarán las defensas y los bolardos que reciben los esfuerzos del atraque del barco, en el contacto del buque con el muelle a través de las defensas, y en el amarre del mismo, sobre todo en episodios de fuertes vientos que tienden a separar ambas partes. Por tanto, esta viga se ha calculado de tal manera que, entre su gran peso y la unión con la infraestructura de cajones, sea capaz de soportar todas las cargas antes mencionadas.
La viga cantil se construye con la ayuda de un carro de encofrado, que permite hacer tramos de 10 metros. De esta manera, cada día se avanza, de media, un tramo de 10 metros. La armadura se prepara fuera del carro, durante la mañana se introducen dentro y luego se hacen los repasos finales y se colocan los anclajes de los bolardos y otros elementos auxiliares dependiendo de en qué posición se encuentre.
Una vez está todo preparado, por la tarde se hormigona. El conjunto está pensado para que a la mañana siguiente el hormigón, ya endurecido, permita que el carro de encofrado se pueda mover con unas ruedas que lleva incorporado y mediante whinches manuales (herramientas utilizadas para tirar de carga a través de una superficie horizontal) se desplaza a la siguiente posición para volver a empezar con el proceso.
PREPARADO PARA TODO TIPO DE TRÁFICOS. El Puerto de Tarragona ha ideado esta infraestructura como un muelle multipropósito, de esta manera podrá recibir diferentes tipos de tráficos portuarios ahora y en el futuro. Actualmente, la prioridad es destinarlo a la actividad crucerística y se espera que entre en funcionamiento a mediados de este mismo año. La nueva infraestructura tendrá una vida operativa muy larga y su diseño -en su caso- permitirá reconvertir su funcionamiento hacia servicios para sólidos a granel y otros tipos de mercancías.
Esta nueva instalación aumentará la capacidad para recibir más visitantes y en mejores condiciones, con una línea de atraque total de 700 metros, ya que, en 270 de estos 460 metros de longitud, se podrá atracar en ambos lados y se añade la zona del dique de Levante. Con todo se ha llegado a doblar el número de cruceros que podrán atracar simultáneamente y, también, acoger los cruceros más grandes del mundo.