La Asociación de vecinos de Palmones (Los Barrios) , Vecinos de Guadarranque (San Roque), Eco feministas, Plataforma Social del Campo de Gibraltar, Plataforma por el Clima y Contra la Contaminación y Verdemar Ecologistas en Acción han pedido al Ministerio de Transición Ecológica trabajar hacia una Transición Justa, que se aplique en el Campo de Gibraltar, al ser una zona afectada por la descarbonización industrial y la posibilidad de que sea irreversible como consecuencia de los complejos petroquímicos existentes.
Según los conservacionistas, la sociedad civil va a llevar a cabo una «cadena humana», desde la desembocadura del río Palmones, el próximo viernes día 4 de junio, como conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente.
Los nuevos proyectos que vienen para la industria del Campo de Gibraltar se sitúan lejos de la descarbonización, aseguran los ecologistas, tras el anuncio de la empresa ENDESA de adecuar y ampliar sus instalaciones para GNL (Gas Natural Licuado), en Los Barrios. Se trata de «un proyecto lleno de confusión que pretende el crecimiento y diversificación hacia nuevas líneas de negocio, como es el bunkering de GNL y ello no encaja en una estrategia de descarbonización», señala verdemar.
Los ecologistas pretenden que no se siga imponiendo un combustible fósil nada deseable, aunque frente al fuel oíl marino, represente una mejora ambiental.
«Que no almacenen residuos oleaginosos en una Bahía cada vez más agredida y que no lo incluyan en ninguna transición justa», añade Verdemar en un comunicado en el que se añade que «el parque de carbones de la cerrada central térmica de Los Barrios debe albergar inversiones limpias y sostenibles».
El proyecto de GNL se une a la Planta de residuos MARPOL, que promueve la empresa Gamilonia en Los Barrios, planta de tratamiento de residuos MARPOL I que tendrá una capacidad de tratamiento de 547.500 toneladas por año de sentinas de buques, lo que lleva a verdemar a afirmar que «la verdadera transición justa debe consistir en recuperar las marismas del río Palmones y las playas del Rinconcillo y de Guadarranque, todavía más amenazadas con estos dos agresivos proyectos, promoviendo instalaciones limpias y que ofrezcan puestos de trabajo dignos».