La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha dicho este domingo que quiere dejar atrás «cuanto antes» la crisis en las relaciones con Marruecos y ha abogado por el diálogo y la diplomacia, tras el conflicto generado después de que las autoridades marroquíes permitieran la entrada de unos 9.000 inmigrantes a Ceuta a principios de semana y han llamado a consulta a su embajadora porque España permitió en abril que el jefe del Frente Polisario Saharaui, Brahim Ghali, fuera atendido en un hospital de Logroño de varias dolencias, incluida el Covid.
En declaraciones a RNE, la ministra ha dicho que sintió «mucho dolor y preocupación» por el sufrimiento ante esa masiva llegada de personas a Ceuta y que España «no juega a las represalias con los países socios, amigos y vecinos», sin descartar «la firmeza, cuando hay que tenerla».