La pandemia ha provocado una reducción muy significativa del tráfico marítimo mundial, y en el caso del Mediterráneo fue del 62% en 2020 con respecto al movimiento de mercancías registrado el año anterior, según un estudio internacional, en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El estudio ha monitorizado y mapeado con la ayuda de satélites la interrupción del tráfico marítimo mundial durante el pasado año a causa de la pandemia.
Los resultados, que se han publicado en la revista Nature Communications, revelan el importante descenso global en los flujos internacionales de transporte de mercancías por mar, en especial en el área Mediterránea, ha informado hoy el CSIC, que ha destacado la utilidad de este análisis para futuras investigaciones sobre los efectos de las restricciones de movilidad por vía marítima en la salud de los océanos durante la crisis.
La actual pandemia ha reducido el transporte, el consumo de energía y la demanda de los consumidores, lo que ha modificado significativamente la escala y el alcance de los impactos humanos en el medio ambiente; en el océano, estas restricciones a la movilidad humana han afectado a las actividades relacionadas con el tráfico marítimo, ha explicado Joaquín Tintoré.
Tintoré es investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, un centro mixto del CSIC y la Universidad de Islas Baleares (IMEDEA-CSIC-UIB) y director del Sistema de Observación y Predicción Costero de las Islas Baleares (ICTS SOCIB).
Para proporcionar una visión general completa de los impactos de los múltiples confinamientos, los investigadores han monitorizado, con datos de satélite y en tiempo casi real, la respuesta del tráfico marítimo a una interrupción global tan repentina, ha explicado el investigador.
En términos globales, la caída de actividad se detectó en el 70% de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE) de los 124 países incluidos en el estudio, con variaciones temporales y espaciales en función del nivel de severidad de las medidas de confinamiento, especialmente en el primer semestre de 2020.
Las disminuciones globales alcanzaron su punto máximo en abril, con una reducción en la ocupación del tráfico en todas las categorías de barcos (buques de carga y cisterna, de pesca, de servicios, recreativos y de pasajeros), y la caída fue más marcada y duradera en las embarcaciones de pasajeros, ha precisado David March, investigador de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y primer autor del estudio.
El estudio incluye una evaluación del flujo marítimo regional en el mar Mediterráneo occidental: España, Francia e Italia.
Para obtener respuestas sobre los efectos del confinamiento a corto y largo plazo, los investigadores recogieron datos de antenas terrestres, y en contraste con el análisis global, también incluyeron para esta zona embarcaciones de recreo, teniendo en cuenta que el Mediterráneo es uno de los epicentros de turismo más importantes del mundo.
Los resultados revelan que el número de embarcaciones en el Mediterráneo se redujo drásticamente en los primeros días de restricciones, con una caída del 51 por ciento durante el primer confinamiento (marzo-junio).
Las reducciones fueron rápidas y profundas para todas las categorías de barcos, excepto en los buques de carga y cisterna, en los que el descenso no fue evidente hasta mayo.
La interrupción del tráfico fue especialmente significativa en las embarcaciones de recreo y en los buques de pasajeros, que cayeron hasta un 93 y 76 por ciento, respectivamente.
Con respecto a la recuperación, el estudio muestra que la actividad de los buques de carga, cisterna y pesqueros se recuperó de forma relativamente rápida, mientras que las embarcaciones de pasajeros y las recreativas se mantuvieron en niveles bajos durante todo el período del primer confinamiento (marzo-junio).