Las playas de Valencia han perdido en los últimos cinco años 300.000 metros cúbicos de arena, según indica el informe sobre evaluación de cambios del sistema dunar y de las playas del sur de la ciudad elaborado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) por encargo del Ayuntamiento.
Así lo ha trasladado este miércoles el alcalde, Joan Ribó, a la directora general de la Costa y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica, Ana María Oñoro, con quien se ha reunido telemáticamente. El primer edil ha estado acompañado por el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, y el edil de Playas, Giuseppe Grezzi, según ha informado el consistorio en un comunicado.
Ribó ha asegurado que «el puerto está frenando la posible recuperación natural de la costa de la ciudad». «València tiene dos problemas que están perjudicando de forma muy clara las playas del sur de la ciudad y a la vez están ampliando las playas del norte: un cambio climático muy agresivo y una ampliación del puerto que disminuye la capacidad natural de regeneración de la costa», ha expuesto.
Asimismo, ha subrayado que «el cambio climático está acelerando las tormentas virulentas sobre la costa y el puerto frena su recuperación». El informe explica que las playas del sur de la capital valenciana sufren «una gran pérdida de volumen de arena y un potente retroceso de las dunas de primera línea».
El estudio, que realiza una comparativa del estado de la costa sur de la ciudad entre noviembre de 2015 y octubre de 2020, concluye que «el impacto erosivo de los temporales de los últimos cinco años, especialmente de la tormenta Gloria, es muy marcado, cuantificándose unas pérdidas de arena de más de 300.000 metros cúbicos respecto a la situación en el otoño de 2015».
Este trabajo se preguntad «dónde ha ido a parar toda la arena que fue arrastrada durante estos temporales» y apunta que «si bien no hay una respuesta definitiva», se debe suponer «que ha ido a depositarse en profundidades en que no llega a ser removilizada y, por lo tanto, no se facilita la recuperación del perfil de playa anterior», según ha señalado el Ayuntamiento.
El estudio asegura que «los procesos de regeneración natural solo consiguen recuperar de forma muy parcial la morfología previa», motivo por el cual «el volumen de arena disponible ha sufrido una disminución y todo el sistema ha dado un paso más hacia una mayor fragilidad».
«Resulta evidente que esta secuencia de grandes temporales, y muy especialmente el de enero de 2020, marcan un hito en un proceso de disminución progresiva de la arena disponible en las playas del término municipal», manifiesta el análisis.
Concluye que todas las playas de la ciudad han sufrido en los últimos cinco años una pérdida de anchura, a excepción de Pinedo (en la zona entre espigones) y la Garrofera. La pérdida es «especialmente notable» en el Muntanyar de Pujol, que ha perdido 5,02 metros de ancho en cinco años, la Gola del Perellonet (-7’21m.) y la playa de la Punta (-7’11 m.)
«El ancho de playa es un parámetro claro para definir su estado de salud y se suele considerar que una anchura inferior a 30 metros podría resultar problemática para cubrir sus funciones esenciales», agregado el informe según el consistorio. «Las playas del norte del puerto presentan anchuras mayores a las del sur y, en cambio, en estas últimas hay un predominio de playas estrechas. Por lo tanto, se aprecia como prácticamente todas las playas del sur, hasta un poco más al sur del Casal d’Esplai, están en ese límite la mayor parte del tiempo», comenta.
«FRAGILIDAD MUY IMPORTANTE». El estudio añade que «esto evidencia una situación de fragilidad muy importante que debemos tomar en consideración» y asevera que «las playas del término municipal presentan globalmente una situación deficitaria respecto a la situación de partida de 2015».
Sergi Campillo ha indicado que este trabajo «demuestra que ya tenemos el mapa definitivo de lo que se ha perdido de arena a causa de los últimos temporales y el efecto barrera del puerto, que afecta a la no estabilidad de las playas y del parque natural de la Albufera».
«Hemos querido mostrar a la directora general la gravedad de la situación porque realmente estamos en una situación al límite y es hora de que el Gobierno central se dé cuenta de que podemos tener una afección definitiva de salinidad en la Devesa, en nuestras masas de agua, en los cultivos de primera línea y en la pérdida completa del cordón dunar, donde hemos invertido decenas y decenas de millones de euros y que son un modelo de recuperación natural de dunas en Europa», ha declarado.
El vicealcalde ha resaltado la necesidad «de acelerar al máximo el proyecto de regeneración de las playas del sur, presupuestado en 28 millones», a la vez que ha subrayado que estas «forman parte del parque natural de la Albufera».
RENATURALIZACIÓN DEL PASEO MARÍTIMO. Por otro lado, Ribó y los dos ediles han informado a la directora general del proyecto de renaturalización del paseo marítimo de las playas del Cabanyal y la Malva-rosa. Campillo ha precisado que pretende la transformación «de un paseo marítimo de apariencia muy dura y un modelo desfasado por una playa más natural, por la recuperación de un cordón dunar que permita ver el mar desde el paseo, con plantas adaptadas y zona arbórea».
«El paseo marítimo de las playas urbanas del norte de la ciudad está sin sombra y, en verano, tenemos mucha insolación y mucho calor», ha agregado, además de considerar «necesario que Costas conozca este proyecto porque es una zona de dominio marítimo-terrestre» sobre la que «el ministerio tiene que dar el visto bueno». El edil ha matizado que este proceso de renaturalización se enmarca en el de toda la ciudad.