El equipo de investigación ‘Eficiencia energética en el transporte marítimo’ de la Universidad de Cádiz ha confirmado el descenso en un 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero y otros compuestos procedentes del transporte marítimo en la Bahía de Algeciras durante los tres meses en los que se decretó el confinamiento de toda la población en España como consecuencia de la Covid-19. Para llegar a esos resultados, los expertos han aplicado el método SENEM, inventario que diseñaron recientemente y que incorpora indicadores climatológicos y medioambientales marinos como el viento, el oleaje y las corrientes, hasta ahora ignorados por los principales métodos actuales.
Este sistema cuantifica por primera vez todas las variables relacionadas con las condiciones meteorológicas del aire y del mar, unidas a otros parámetros como el estado de mantenimiento del casco y hélice, el rendimiento del sistema de propulsión y la carga del barco.
Aplicando este método propio, el equipo de investigación realizó un seguimiento a seis embarcaciones de pasajeros que realizan diariamente su trayecto entre tres puertos españoles -Algeciras, Ceuta y Tarifa-, y Tánger. Compararon las emisiones totales de estos barcos durante los 90 días de la pandemia con las registradas en condiciones normales.
Como resultado, comprobaron que con el atraque de estos seis buques en el puerto se expulsaron hasta un 12% menos de gases de efecto invernadero y otras partículas en la zona aplicando el sistema de medición ideado por el grupo de investigación de la Universidad de Cádiz.
Al mismo tiempo, registraron que los valores de emisión de los barcos parados en el mar disminuyeron sustancialmente durante la pandemia de Covid-19 en torno a un 12% con el método SENEM, y en general, con la flota amarrada, hasta un 50% en comparación con su fase de navegación. “Las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron durante el confinamiento. Esto se debe a que cuando los barcos están atracados su consumo de energía es prácticamente nulo. La energía requerida por sus motores auxiliares es muy baja debido la falta de tareas que habitualmente la requieren: no hay movimiento de rampas, ni refrigeración de contenedores de mercancías, ni aire acondicionado de los pasajes”, explica a la Fundación Descubre el profesor de la Universidad de Cádiz Juan Moreno, director de este trabajo.
El estudio, titulado ‘Calculating a Drop in Carbon Emissions in the Strait of Gibraltar (Spain) from Domestic Shipping Traffic Caused by the COVID-19 Crisis’ y publicado en la revista Sustainability, recoge además la comparativa de cada uno de los principales contaminantes emitidos por los seis barcos atracados en el Puerto de Algeciras antes de la pandemia y durante los tres meses de confinamiento.
PRINCIPALES GASES CONTAMINANTES. En concreto, analizaron la concentración de gases de efecto invernadero, óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre (SOx) y partículas que se encuentran en suspensión en el aire, emitidas por estas seis transbordadores propulsados por sistemas de chorro que dejaron de operar.
Para llegar a estas conclusiones, los expertos emplearon algoritmos con el objetivo de estimar y relacionar los dos parámetros más importantes en los viajes: el consumo de combustible y las emisiones. En este sentido, calcularon ambos parámetros en relación al número de viajes de ida y vuelta, así como el tiempo de navegación por viaje completo, el tamaño del motor, el factor de carga del motor y el factor de consumo, es decir, la emisión de energía.
Al mismo tiempo, el equipo de investigación analizó la emisión de gases contaminantes de aquellos barcos parados durante la pandemia y observaron que la disminución de las emisiones del tráfico doméstico, el que transcurre de forma regular entre los mismos puertos, alcanzó el 51%. “Cada barco tiene dos fuentes primarias de emisión: el motor principal, que se utiliza para la propulsión de buques; y el motor auxiliar, empleado para generar electricidad a bordo. Cuando un barco está atracado, solo funciona el auxiliar para permitir la realización de cargas o descargas de habitabilidad y, por tanto, aunque en menor escala, emiten contaminantes al aire”, detalla el responsable del estudio.
Este último trabajo publicado por los investigadores de la Universidad de Cádiz forma parte de un estudio financiado por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía a través de Fondos Feder. (FUNDACIÓN DESCUBRE).