El Puerto de Barcelona trabaja en un plan junto con las administraciones y navieras para recibir en la semana de San Juan, en el mes de junio, los primeros cruceros con turistas que arribarán a la capital catalana tras el parón por la pandemia de la COVID-19.
La presidenta del puerto de Barcelona, Mercé Conesa, ha informado este domingo de ese plan en una entrevista con el canal 3/24, en la que ha detallado que el proyecto está diseñado para garantizar la seguridad de los cruceristas, pero también la de los barceloneses y conseguir, además, un turismo «menos invasivo» en la ciudad.
PCR Y GRUPOS BURBUJA. El Puerto, ha explicado, trabaja «intensamente» con el departamento de Salud de la Generalitat en la definición de unos protocolos para garantizar la seguridad sanitaria en el interior de los cruceros, con la realización de pruebas PCR no sólo a la llegada al barco sino también durante la estancia en el mismo, donde además se viajará en grupos burbuja, los mismos con los que se harán las visitas a la ciudad.
El organismo portuario confía en que Salud apruebe este mes de abril los protocolos sanitarios de los citados planes piloto, ha dicho Conesa. «Una vez tengamos estos protocolos estrictos, serios, examinados por equipos médicos, deberán ser aprobados por sanidad exterior del Gobierno del Estado», ha precisado.
SEGURIDAD. Esos planes pilotos, ha agregado, los tienen también muy perfilados las compañías navieras, que han trabajado en ellos para poder retomar la actividad lo antes posible.
El Puerto desea realizar esos planes pilotos con dos compañías de cruceros que normalmente operan en Barcelona «para demostrar que son seguros», y también en las poblaciones de las ciudades que se visitan para, con ello, «restablecer la normalidad».
El organismo portuario negocia, igualmente, el desarrollo de este proyecto con el Ayuntamiento de Barcelona, que inicialmente ha dado su apoyo al mismo, ha indicado la presidenta, que también ha incidido en que el Puerto quiere aprovechar el parón a que ha obligado la pandemia para redibujar su actividad con los cruceros, una línea de negocio, ha subrayado, en la que no se proyecta «crecer más».
«Barcelona ha sido prudente», ha dicho la presidenta del puerto sobre el calendario y el procedimiento para retomar la actividad de los cruceros, y trabaja «codo con codo» con otras administraciones para que vuelvan «con consenso» a la ciudad.
Esa línea de trabajo, ha puntualizado, no pone en riesgo el liderazgo de la capital catalana como puerto de atraque. «Barcelona sigue siendo muy atractiva para los cruceros en el Mediterráneo. Ya hemos dicho que tampoco queremos crecer más», ha agregado.
«Pensamos que hemos de aprovechar esta parada para retomar la actividad de una manera más inteligente (…), con visitas menos invasivas. Tendremos más control y se repartirán los grupos que visitan la ciudad», ha subrayado.
Es este aspecto el que se está hablando con el Ayuntamiento de Barcelona, ha informado, «para que la actividad se vaya retomando pero las visitas a la ciudad sean más reguladas y con menos impacto».