Igualdad Animal y ENPA (Ente Nazionale Protezione Animali) han presentado una queja ante la Comisión Europea contra España, «señalando los procedimientos incorrectos y las omisiones realizadas por las autoridades de los puertos de Tarragona y Cartagena, que deberían haber controlado el respeto de las normas mínimas para la protección de los animales a bordo de los buques Elbeik y Karim Allah», exponen.
Las organizaciones reclaman a la Comisión Europea «que verifique la correcta aplicación del Reglamento sobre la Protección del Bienestar Animal Durante el Transporte por parte de las autoridades españolas y, en su caso, que abra un procedimiento de infracción si se comprueba que se ha incumplido la legislación europea».
Al mismo tiempo que la denuncia, también se ha presentado «una petición ante el Parlamento Europeo, en la que se solicita a los eurodiputados que tomen las medidas que consideren oportunas para garantizar el cumplimiento de la legislación europea sobre la protección de los animales durante el transporte, con especial referencia a su exportación por vía marítima desde España, y otros Estados miembros afectados, a terceros países», detallan estos colectivos en un comunicado. «Si la petición es considerada admisible por la comisión correspondiente, cualquier ciudadano europeo puede apoyarla a través del portal de peticiones online del Parlamento Europeo»; sostienen.
«Los últimos escándalos relacionados con el transporte de animales vivos han obligado a presentar una denuncia ante la Comisión Europea contra España, especialmente en el caso de los buques Elbeik y Karim Allah, que salieron de los puertos españoles de Tarragona y Cartagena respectivamente», apostillan.
EL CASO DE LOS BARCOS ESPAÑOLES: LA ODISEA DEL MEDITERRÁNEO. Según el escrito de Igualdad Animal, «cientos de miles de animales fueron obligados a subir a bordo de estos barcos, concretamente 895 reses en el Karim Allah y 1789 terneros en el Elbeik. Los animales iban a ser vendidos en Trípoli, pero una vez que se les negó el desembarco debido a una supuesta enfermedad en los animales, los barcos quedaron a la deriva y así permanecieron durante más de dos y tres meses».
Durante estas larguísimas semanas – según esta asociación – «los animales han viajado en precarias condiciones sanitarias en corrales, rebotando de un país a otro, sin posibilidad de ser descargados en un puerto, descansar o alimentarse. Estos fallos provocan graves daños físicos y psicológicos a los animales y deben ser sancionados. Las autoridades españolas, a las que habría correspondido hacer cumplir el Reglamento (CE) nº 1/2005 relativo a la protección de los animales vivos durante el transporte, no han tomado ninguna medida para poner fin de inmediato al sufrimiento extremo de los animales a bordo, tal como prevé expresamente el Reglamento», recuerda.
Ya el 18 de febrero, cuando el barco Karim Allah estaba anclado en el puerto de Cagliari, Igualdad Animal, ENPA y Animal Welfare Foundation enviaron una petición al Ministerio de Sanidad italiano solicitando una inspección inmediata del barco y del ganado a bordo.
A raíz de la petición, el Ministerio había programado una inspección oficial, pero el buque abandonó las aguas territoriales italianas antes de que pudiera realizarse. El Ministerio de Sanidad italiano, incapaz de intervenir, lo notificó a las autoridades españolas competentes y a la Comisión de la UE.
Además de este informe, Igualdad Animal y ENPA enviaron dos peticiones al Ministerio de Agricultura español solicitando una acción urgente para salvaguardar la salud de los animales que aún están vivos en el Karim Allah.
El ministerio español se limitó a responder que estaban muy preocupados por la situación en la que podían encontrarse los animales, pero que no podían intervenir porque los responsables del barco no habían ordenado su atraque en puertos españoles. Sin embargo, el Reglamento (CE) nº 1/2005 prevé expresamente que, habida cuenta de que el Karim Allah había infringido numerosas disposiciones del Reglamento, las autoridades españolas podían ciertamente haber obligado a los responsables del buque a atracar y descargar los animales.
Esta acción por parte de España no se llevó a cabo hasta el 26 de febrero, cuando el Karim Allah fue obligado a atracar en el puerto de Cartagena, tras semanas a la deriva en el Mediterráneo.
El mismo escandaloso retraso se produjo en el caso del buque Elbeik, que fue atracado -de nuevo en Cartagena- el 19 de marzo, tres meses después de su partida.
Como han certificado los informes veterinarios oficiales muchos terneros se encontraban en estado de desnutrición y en malas condiciones sanitarias derivadas del largo viaje, heridos e incluso algunos en un estado de letargo, incapaces de abrir los ojos o responder a los estímulos.
Las condiciones de los barcos también fueron duramente criticadas por los veterinarios: falta de limpieza, de un lugar seco donde tumbarse, mal funcionamiento de los bebederos y ventilación, corrales construidos con tubos de hierro con zonas oxidadas y rotas, ausencia total de forraje y paja, además de la existencia de numerosos ratones en las cubiertas.
En ambos casos, todos los animales supervivientes murieron, mientras que varios centenares, tanto en el Karim Allah como en el Elbeik, murieron a bordo siendo descuartizados y arrojados al mar.
Es evidente que esta situación «podría haberse evitado si las autoridades competentes de España hubieran aplicado correctamente el Reglamento CE 1/2005», sostienen desde Igualdad Animal.
VIOLACIÓN DE NORMAS. Ya en 2020 Igualdad Animal, junto con otras organizaciones, había documentado varios cargamentos de corderos y bovinos en barcos que salían de los puertos españoles de Tarragona y Cartagena con destino a Arabia Saudí, mostrando cómo los operarios manejaban a los animales de forma violenta, empujándolos, tirándolos por las rampas o agarrándolos brutalmente por las patas, todo ello en ausencia total de los controles veterinarios que exige el Reglamento.
«Esta crueldad debe terminar: cientos de miles de animales salen cada año de los puertos españoles con destino a países fuera de la UE, donde serán sacrificados sin cumplir siquiera las normas mínimas europeas», declara Silvia Barquero, directora de Igualdad Animal.