La Autoridad Portuaria de Algeciras (APBA) tendrá lista para finales de año la rehabilitación y acondicionamiento de la antigua vivienda anexa al Faro de Tarifa, trabajos que ejecuta Caminos, Canales y Puertos y que financia el programa 1’5% Cultural, el sistema de ayudas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) para la conservación del Patrimonio Histórico Español.
Una vez concluya la obra promovida por la APBA, el Ayuntamiento de Tarifa intervendrá en las nuevas instalaciones para dotarlas como Punto de Atención a Visitantes y Centro de Interpretación de la Isla de Las Palomas con el objetivo de que el inmueble pueda abrir sus puertas al público en 2022.
El Ayuntamiento de Tarifa se encargará de la gestión de dicho centro, que contará con salas expositivas y sala de usos múltiples, para lo que la Autoridad Portuaria ya ha tramitado la correspondiente concesión administrativa. La rehabilitación va a permitir recuperar la imagen original y unitaria de sus fachadas, restituyendo sus elementos característicos alterados con las sucesivas reformas ejecutadas desde su construcción. Los trabajos ya han arrojado algunas sorpresas como el trazado de la canalización de recogida de aguas del aljibe enterrado bajo el pavimento del patio porticado o el hallazgo bajo capas de mortero y cal de los sillares de piedra original con la que se construyeron los pilares y arcos de este espacio central, que dará la bienvenida al visitante y que serán puestos en valor dada su monumentalidad.
Con todo, el faro seguirá ejerciendo su objetivo primordial al servicio de la señalización marítima del Estrecho de Gibraltar. Para ello el proyecto también contempla la adaptación a las nuevas necesidades de los sistemas de ayuda a la navegación marítima, cada vez más digitalizados.
El Faro de Tarifa está localizado en la Isla de las Palomas, en el Parque Natural del Estrecho. Es la edificación más meridional del continente europeo y es el primero que se levantó en el Estrecho de Gibraltar, encendiéndose por primera vez en el año 1813. El edificio objeto de la rehabilitación, construido como alojamiento de los torreros del faro, data de la segunda mitad del siglo XIX y desde entonces ha sido objeto de ampliaciones y actuaciones puntuales para reparar daños causados por las condiciones climáticas extremas a la que está expuesto, e incluso los derivados de actos de vandalismo.
Los trabajos de reforma que ahora se ejecutan cuentan con la autorización de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, por desarrollarse en parque natural; así como con el informe favorable de la Consejería de Patrimonio Histórico, por tratarse –la torre del faro, no así la vivienda- de un edificio considerado como Bien de Interés Cultural (BIC).