El presidente del Puerto de Tarragona, Jose M. Cruset, ha presentado los resultados empresariales del año 2020 que han permitido cerrar el año en positivo con un beneficio final de 740.000 euros, a pesar de la complejidad con motivo de los efectos negativos en la economía derivados de la pandemia de COVID-19, lo que ha provocado un descenso en el tráfico de mercancías más leve del que inicialmente estaba previsto.
Durante los primeros meses del Estado de Alarma, el Puerto de Tarragona estimó que los efectos de la pandemia supondrían hasta un 30% de disminución de tráficos de mercancías, pero finalmente el resultado ha sido de una bajada del 19,3%, lo que ha llevado al presidente a valorar de manera positiva que “se hayan podido mejorar los resultados finales respecto a las previsiones iniciales”, ya que el puerto tarraconense ha cerrado 2020 con un tráfico de mercancías global de 26,8 millones de toneladas.
Esta dársena ha movido 18,3 millones de toneladas en graneles líquidos, 6,5 en graneles sólidos, 1,5 de carga general y 0,5 de otras mercancías. A pesar de ello, los graneles líquidos registran un descenso del 13,6% que se concentra sobre todo en el crudo de petróleo. Los líquidos energéticos y los productos químicos se mantienen en resultados similares al año anterior, y el butano y propano registran un ligero descenso. Respecto a otros productos petrolíferos (nafta, otros carburantes, etc.) registran un aumento y pasan de 2,23 toneladas en 2019 a 2,73 en 2020.
A pesar de las dificultades que el Puerto de Tarragona ha tenido que superar durante el 2020, la Autoridad Portuaria ha contribuido a aligerar los efectos de la pandemia con bonificaciones a las empresas portuarias por valor de 3,8 millones de euros
Los graneles sólidos registran un descenso del 33,3%, en gran parte por la disminución del tráfico de carbón y de coque a causa del cambio de estrategia energética europea para contribuir a luchar contra el cambio climático reduciendo las emisiones de C02. Los cereales registran un buen comportamiento a pesar del descenso de las importaciones dado que el 2020 supuso un año de cosecha récord en la península, con el consiguiente freno a las importaciones. También aumentan las frutas que pasan de las 149.827 toneladas de 2019 a las 204.173 de 2020, mientras los productos químicos se mantienen.
La carga general presenta cifras más positivas gracias a una mayor diversificación de las mercancías. Los productos siderúrgicos registran 324.000 toneladas, el tráfico de vehículos presenta un descenso y pasa de 127.000 vehículos a 211.000 de 2019, y el tráfico de contenedores se mantiene en torno los 44.000 TEUs.
A pesar de las dificultades que el Puerto de Tarragona ha tenido que superar durante el 2020, la Autoridad Portuaria ha contribuido a aligerar los efectos de la pandemia con bonificaciones a las empresas portuarias por valor de 3,8 millones de euros. El puerto ha practicado una reducción a la tasa de ocupación y tasa de actividad para reducir los efectos de la COVID-19 durante 2020, por valor de 1,6 millones de euros. A estas bonificaciones se tienen que sumar las habituales a la tasa de mercancía y a la tasa de barco para fomentar determinados tráficos, lo que supone un millón y medio de euros, además de las bonificaciones por Buenas Prácticas Medioambientales que alcanzaron los 700.000 euros.
El Puerto de Tarragona ha cerrado, por tanto, el ejercicio económico de 2020 con 49,4 millones de euros de ingresos. Una cifra similar a la de los años 2015 y 2016. Los resultados del año pasado todavía se acercarían más al 2015 o al 2016, si tenemos en cuenta en el cómputo final los 1,6 millones de bonificaciones efectuados a las empresas portuarias para paliar los efectos de la pandemia en el sector portuario, puesto que se alcanzarían los 51 millones de euros.
Con estos resultados, se mantiene cierta fortaleza económica que permite seguir con la estrategia de inversiones, ya que el resultado económico de 2020 después de impuestos es de 22,9 millones de euros, similar en 2019 y el puerto sigue manteniendo una gran solidez financiera, al cerrar el 2020 con un cash flow de 21,32 millones de euros. Además, también reduce el endeudamiento, pasando de los 52,1 millones de euros a 48, y logra un 97% de ejecución del presupuesto de inversiones.
La principal inversión, la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) con unos 30 millones de euros de presupuesto, cuenta con todos los trámites administrativos para su urbanización y el Puerto está redactando el proyecto ejecutivo y licitando las obras para construir las conexiones con la red de carreteras mientras que, en paralelo, en la vertiente de la comercialización, está inmerso en varios procesos de implantación.
Por otra parte, se ha anunciado el inicio de la fase 1 de las obras de la Terminal Intermodal de Guadalajara para el mes de mayo y el presidente ha informado que actualmente se está elaborando el proyecto de ejecución de la Fase 2. Las dos fases suman 14 millones de euros de inversión. También se encuentra en la rectafinal de la tramitación, el proyecto de construcción del contradique de El Prat incluido dentro del Plan Director del Puerto con 65 millones de euros, lo que se suma al final de las obras del muelle de Baleares con 30 millones de euros, en el próximo mes de junio, cumpliendo el calendario previsto a pesar de la pandemia.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Tarragona (APT), también ha querido anunciar el acabado de las obras de la sede institucional para el mes de mayo y del nuevo Museo del Puerto para el mes de junio, poniendo en valor varias inversiones que desde su implantación en 2020 contribuyen a la mejora de los servicios portuarios: la ampliación de la red ferroviaria (500.000 euros), la implantación de la red de fibra óptica (800.000 euros) y el Sistema de Entrega de Productos Agroalimentarios (SEA) que, después de 6 meses de funcionamiento, ya ha contribuido a reducir en 50 minutos el tiempo de espera y supone unas 30.000 horas mensuales de ahorro.
Por otra parte, el año 2021, pretende ser punto de inflexión para el puerto tarraconense puesto que “el crecimiento futuro pasa por la potenciación de la intermodalidad y el aumento del volumen de tráfico de carga general”. En este sentido, Cruset considera que este “es un año de concreciones de muchos proyectos que pasarán del papel a la realidad” y ha puesto como ejemplos los dos últimos hitos logrados por la Autoridad Portuaria. Por un lado, la entrada en servicio, en febrero, de la nueva ruta semanal de carga rodada al Puerto de Izmir en Turquía. Un servicio que actualmente puede operar hasta 2.000 camiones mensuales, pero con una gran capacidad de crecimiento si la demanda lo exigiera. Y por otra parte, la presentación del memorándum de entendimiento con la empresa CTC (liderada por BASF) para operar la erminal Intermodal de la Boella y que permitirá multiplicar por 6 el número de vagones de carga operados, pasando de los más de 20.000 actuales a 120.000 vagones a partir de 2023.
El inicio de las obras de acondicionamientode la Terminal Intermodal de La Boella está previsto para el mes de junio de 2022, una vez superadas las fases de concurso y concesión de esta infraestructura. Así, en 2023 coincidirán la entrada en funcionamiento de la ZAL, la entrada en servicio del Corredor del Mediterráneo y el arranque operativo de la Terminal Intermodal de Guadalajara.