El presidente del Gobierno de Ceuta, Juan Vivas, ha subrayado este viernes que apoyar la instalación de la interconexión eléctrica submarina entre la costa andaluza y la ciudad autónoma debe ser «una obligación ética para todos» por su carácter de «interés estratégico nacional» y por la «inyección de confianza en el futuro» que supondría para la localidad española norteafricana.
En rueda de prensa, el líder del Ejecutivo local se ha referido al proyecto como una «oportunidad histórica» que permitiría a Ceuta «no tener ningún límite en nuestro potencial de crecimiento económico por causa de falta de capacidad para cubrir la demanda de energía eléctrica, un aspecto determinante para cualquier sector».
Red Eléctrica de España (REE) se ha topado con la oposición del alcalde de La Línea, Juan Franco, a la construcción dentro de su término municipal, en el paraje de Los Portichuelos, de la subestación desde la que partiría el doble cable hasta el otro lado del Estrecho.
Dicha ubicación ha sido elegida en detrimento de El Pelayo-Getares y Puerto de la Cruz como la «solución global más favorable» porque «evita los Espacios Naturales Protegidos de Los Alcornocales y del Estrecho», entre otras ventajas orográficas, económicas y ambientales. Además, reduce a menos de tres kilómetros la longitud de la línea eléctrica subterránea necesaria. El trazado submarino desde la zona de aterraje en la playa de la Hacienda hasta la de El Chorrillo, en Ceuta, sería de 35 kilómetros.
El proyecto, según ha recordado Vivas, «supondría la integración del sistema eléctrico de Ceuta en el peninsular y lo dotaría de más calidad y seguridad, ya que los cortes de suministros se reduciría en un 75%, pero además conllevaría un ahorro económico sustancial en costes de generación y de mantenimiento y rebajaría sustancialmente las emisiones de CO2» que genera la central diésel que actualmente abastece a la ciudad autónoma.
«MÁS ESPAÑA». Para el presidente es «muy importante» la «inyección de confianza» que traería aparejada su ejecución, presupuestada en unos 200 millones de euros y ya reconocida por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia como «actuación singular», para «el futuro de la ciudad» en términos inmateriales y en línea con su apuesta por orientar el desarrollo local hacia «más España y más Europa».
«Nadie invierte 200 millones en una conexión llamada a ser provisional, por lo que su ejecución sería una prueba evidente de que por parte del Estado hay una apuesta decidida por el futuro de Ceuta y por el bienestar de los ceutíes», ha valorado el presidente de la Ciudad, que ha estimado que las obras podrían comenzar en 2023 y entrar en funcionamiento «en 2025 ó 2026».
«Esto no se hace – ha añadido – porque en Ceuta haya mucha población, sino porque la Constitución dice que todos los españoles debemos ser iguales en el acceso a los servicios y suministros básicos y que los poderes públicos deben prestar especial atención al hecho insular, que es lo que somos en términos energéticos, algo que vale mucho más que 200 millones».