La pandemia del coronavirus ha cambiado por completo el estado habitual de la estación marítima del puerto de Algeciras. En apenas un par de semanas se cumplirá un año ya del cierre de fronteras de Marruecos, lo que ha provocado la caída total del tráfico de pasajeros en la línea con Tánger Med.
En todo este tiempo, el momento más añorado ha sido el verano, cuando no pudo celebrarse, tras 36 años, la Operación Paso del Estrecho, que habitualmente se salda con el tránsito de más de tres millones de personas procedentes de distintos puntos de la geografía europea que ponen rumbo al norte de África para pasar las vacaciones. Ese trasiego, que daba vida a la propia estación marítima, agencias de viajes y hasta negocios de la zona baja de la ciudad, se ha echado mucho en falta, tanto que ha provocado el cierre de buena parte de estos comercios, incluidas las propias agencias donde se podían adquirir los billetes de barco.
Ahora son otras agencias las que han recobrado algo de actividad, las transitarias, gracias al permiso facilitado desde el lado marroquí para que grandes furgones puedan trasladarse a la otra orilla del Estrecho. Se trata de vehículos pesados cuyos propietarios o inquilinos lo tienen como medio de vida para subsistir. Habitualmente transportan enseres, ropa, chatarra, muebles… a los que vuelven a dar uso una vez pasada la frontera.
En este caso, al tratarse de mercancía, tiene que ir declarada y de toda la gestión se encargan los transitarios del puerto algecireño, de ahí que, en las últimas semanas, el parking de esta zona – prácticamente vacío tras la irrupción de la pandemia – vuelva a contar estas grandes furgonetas que se disponen a embarcar hacia Tánger.