El Puerto de Barcelona ha cerrado 2020 con un beneficio de 17 millones de euros, un 63% menos que en 2019 como consecuencia del parón provocado por la Covid-19 y las acciones de la institución para apoyar a las empresas que forman parte de la comunidad portuaria para paliar los efectos de la pandemia.
La factura de la pandemia ha sido de 34 millones de euros por la reducción de los ingresos del Puerto por la caída del tráfico y las medidas aplicadas para suavizar el golpe de la pandemia a las empresas, por lo que los resultados económicos de 2020 no son comparables a los de años anteriores a causa de la pandemia, aunque no obstante hay que destacar la resiliencia del puerto y sus empresas.
La mejora del tráfico desde finales de 2020 que se ha consolidado en los primeros compases de este año, permite pensar a los responsables portuarios que 2021 puede ser «un año de palanca para la recuperación», por lo que se está trabajando la creación de protocolos con el fin de recuperar la actividad de cruceros con el avance de la vacunación.
CONTRACCIÓN DE LA FACTURACIÓN
Por su parte, los ingresos del Puerto se contrajeron un 20% interanual, hasta 139 millones de euros, alcanzando cifras de 14 años atrás. El mayor descenso de la facturación proviene del uso del puerto, con una bajada del 25%, especialmente por el cese de la actividad de cruceros, mientras que los ingresos por concesiones se redujeron un 12%, hasta 64 millones por las medidas de ayudas a empresas.
El Puerto cerró el año con un ebitda de 70 millones de euros, un 30% menos, un resultado de explotación de 14 millones, lo que supone un 65% menos y un resultado financiero de 2,5 millones o lo que es lo mismo, un 36% más bajo.
Asimismo, el ‘cash flow’ se redujo hasta 66 millones, las inversiones hasta 27 millones, con un 56% menos; la deuda a largo plazo hasta 161 millones y la tesorería hasta 179 millones, bajando un 8%.
Las inversiones del Puerto para 2021 supondrán 50 millones de euros. Entre los proyectos que se realizarán este año están el inicio de las obras de los nuevos accesos ferroviarios, la ampliación del muelle adosado, la remodelación del área pesquera y la prolongación del espigón de Sant Sebastià, entre otros.