Grupos ecologistas han pedido que Parque Natural del Estrecho amplíe su superficie y mejore sus condicionantes ambientales ante la necesidad de crear zonas de reserva (Zona A) alrededor de los territorios de cría del alimoche común. En total suponen unas 900 hectáreas, en las que esta ave necrófaga se encuentra gravemente amenazada a nivel mundial y está catalogada como en “peligro de extinción” en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas.
El Parque Natural del Estrecho alberga actualmente a dos parejas activas y un tercer territorio desaparecido hace escasos años, siendo la zona con mayor densidad de esta especie en todo el territorio andaluz.
La creación de estas nuevas zonas de reserva puede blindar a estas parejas de las posibles afecciones negativas que les pudiesen afectar en el futuro (la escalada deportiva, tratamientos silvícolas, aprovechamientos forestales, aperturas y mantenimiento de pistas, construcciones, actividades de senderismo, bicicleta de montaña, cicloturismo o la actividad cinegética).
El Parque Natural del Estrecho tiene una responsabilidad subsidiara para conservar el patrimonio natural más sensible del territorio andaluz, según los conservacionistas que solicitan la inclusión de los observatorios ornitológicos El Algarrobo (Algeciras) y Cazalla (Tarifa) dentro de este espacio natural protegido. Estos dos observatorios se encuentran en terrenos colindantes al propio parque. El Algarrobo y Cazalla tienen una finalidad científica y turística de alcance internacional. Se trata de los mejores emplazamientos para la observación de la migración de aves planeadoras en Europa, lo que les hace merecer a estos equipamientos de uso público el ser integrados plenamente en el parque natural.
La adhesión de estos observatorios al parque permitiría dar visibilidad y sensibilizar a la sociedad respecto a uno de los grandes valores naturales del parque natural, asociar la marca del parque a un fenómeno natural de relevancia mundial y dinamizar y mejorar el uso de los observatorios, según los ecologistas que pretenden que se incluya, además, la obligatoriedad de usar munición libre de plomo en la actividad cinegética desarrollada dentro del Parque Natural del Estrecho.
Asimismo, se ha pedido que se eliminen las edificaciones militares, no matrimoniadas, y sus vías de acceso, con el objetivo de restaurar el paisaje de las zonas que ocupa, ya que uno de los objetivos de la declaración del Parque Natural del Estrecho fue proteger sus valores paisajísticos. En aquel momento estaban en activo una serie de instalaciones militares que atendían la defensa nacional. Debido a los cambios que se han producido en las prioridades en Defensa, algunas de estas baterías han cesado su actividad y las instalaciones han sido abandonadas. Estando en un estado de ruina y sometidas a un continuo expolio. Ya que estas instalaciones no ejercen la funcionalidad para las que, en su día fueron creadas, no tienen sentido su existencia.
Se debe fomentar que dentro de la política de conservación del Parque Natural del Estrecho debe existir una línea de trabajo para desmantelar todas aquellas infraestructuras que ya no tengan razón de ser, con el objetivo de restaurar el paisaje natural y aumentar el atractivo paisajístico de este espacio protegido, según los ecologistas.