El tráfico de mercancías en el Puerto de La Coruña cerró su estadística de enero con el primer balance positivo de los últimos ocho meses, en un año marcado por las restricciones provocadas por la pandemia de la COVID-19. A lo largo del pasado mes se registró un movimiento de 1.031.947 toneladas, por las 923.189 de enero de 2020. No se reflejaba una subida desde el pasado mes de abril de 2020.
Con estas cifras, el incremento respecto a enero de 2020, en el que aún no se había desatado la pandemia, ha ascendido al 11,78%, sumando graneles líquidos, sólidos y mercancía general. El motor del ascenso han sido los graneles sólidos, superando el 100% de incremento, al pasar de 183.000 toneladas en 2020 a las 369.114 toneladas de este año.
Las mercancías con mayor crecimiento dentro de esta categoría han sido las agroalimentarias en general, destacando el maíz y las harinas. Otros graneles sólidos con cifras notables han sido el cuarzo y también dos descargas singulares de 10.000 toneladas de sal procedentes de salinas del sur de España, y con destino a paliar los efectos de los grandes temporales, especialmente el Filomena, en las carreteras del norte peninsular.
El buen comportamiento de los graneles agroalimentarios pone de manifiesto la consolidación del Punta Langosteira como principal centro logístico del noroeste español en movimiento de estas mercancías, que son la materia prima para la fabricación de productos compuestos de alimentación animal con destino a la cabaña ganadera y avícola, lo que supone la generación de cientos de puestos de trabajo y un motor de desarrollo para un sector estratégico en Galicia.
Respecto a los graneles líquidos, se registró un descenso del 9%, al pasar de 661.314 a 602.284 toneladas, si bien, a pesar de las restricciones a la movilidad, que no se daban en enero de 2020, se aprecia una tendencia a la recuperación de este sector crucial en el Puerto coruñés. De hecho, el crecimiento de productos refinados se situó cerca del 30%, superando las 321.000 toneladas. En cuanto a mercancía general, se aprecia un descenso vinculado fundamentalmente al tráfico de madera.
En los tráficos de pesca fresca y marisco no se registran importantes variaciones, con 1.270 toneladas en el primer mes del año, en medio de un contexto de futuro que genera inquietud debido al nuevo escenario normativo que implica el Brexit.