Marruecos mantiene cerradas sus fronteras con España desde el pasado 13 de marzo, cuando el coronavirus irrumpió en nuestras vidas con fuerza para mantener a todo el mundo en jaque. Sólo la llegada de la vacuna parece contar con visos de ir poniendo fin a una etapa negra, que se ha llevado por delante a miles de personas en todo el planeta.
En los últimos días, el país alauita ha recibido dos millones de dosis llegadas desde los laboratorios de AstraZeneca y medio millón más de Sinopharm de India y China, respectivamente.
Aunque se ha dudado de la efectividad de las mismas, el propio rey Mohamed VI ha sido el primero en recibirla este pasado jueves en el Palacio Real de Fez, dando el pistoletazo oficial a la campaña nacional contra la pandemia.
El país vecino cierra el mes de enero con unos 470.000 casos confirmados de COVID, acumulando algo más de 8.200 fallecidos, datos que, sin ser positivos porque se han tenido que despedir a compatriotas de manera anticipada, hablan bien de la gestión que se está llevando a cabo para frenar la pandemia.
Ahora el propósito es vacunar al 80% de la población mayor de 17 años en los próximos meses, sin concretar la fecha tope, aunque se habla de llegar a mediados de año con este logro alcanzado. De ser así, y contando con la valoración positiva de los expertos acerca de la administración de la vacuna, podría abrirse una ansiada puerta hacia la esperanza de ir recuperando cierta normalidad en los próximos meses, lo que también podría traducirse en la apertura del país para recibir la llegada de residentes en el extranjero que van camino de acumular casi un año sin regresar a su lugar de origen.