Faltaban pocos minutos para las tres de la tarde de este domingo cuando el Maersk Sentosa quedaba atracado, tras la ayuda en la entrada de un remolcador de Boluda, en el muelle de Isla Verde Exterior del puerto de Algeciras. En condiciones normales, lo más probable es que se hubiera dirigido hacia el Juan Carlos I para ser operado en cualquiera de las terminales que APM cuenta en el enclave algecireño. Sin embargo, la aparición de un caso de COVID-19 entre uno de sus tripulantes terminó por cambiar todos los planes.
Desde que se conoció este contratiempo, Maersk anunció que se disponía a activar su plan para la atención de este trabajador, aunque contando con la participación de administraciones como la propia Autoridad Portuaria, Capitanía Marítima o Sanidad Exterior, que tienen que velar por el cumplimiento de los protocolos establecidos.
Desde la compañía del buque se han tomado todas las medidas oportunas para garantizar la seguridad y salud en las operaciones que se realicen a bordo del mismo, que llegó hasta Algeciras desde Omán, como la desinfección y delimitación de algunas áreas de trabajo.
Con el Maersk Sentosa son más de 20 los barcos que hacen acto de presencia en las instalaciones del puerto de Algeciras con alguno de sus tripulantes contagiado por el virus, lo que se traduce en la toma de medidas especiales para garantizar, en primera instancia, la salud de los afectados, y, por supuesto, el cumplimiento de todos los requisitos recogidos a nivel de atención desde que se declaró mundialmente la pandemia del coronavirus y aquí el enclave algecireño también puede presumir de liderazgo.