Aunque aún no haya concluido el primer mes del nuevo año, el índice de contagios y fallecimientos en Europa y el norte de Marruecos por coronavirus hace presagiar que la celebración de la Operación Paso del Estrecho 2021, al igual que ocurre con otros acontecimientos que se desarrollan cada año, esté más que en duda.
En este lado, ya han empezado a suspenderse celebraciones tradicionales y religiosas como el Carnaval o la Semana Santa, además de eventos festivos; sin ir más lejos ayuntamientos como el de Sevilla, incluso antes de que acabara el fatídico 2020, ya anunciaba la cancelación de la Feria de Abril, postura ésta que han seguido otros consistorios de la geografía andaluza.
La OPE, más que una celebración o un acto festivo, es un movimiento masivo de personas que habitualmente residen por ocupación laboral en distintas localizaciones del viejo continente y aprovechan las vacaciones veraniegas para disfrutarlas en sus lugares de origen. Ya la edición pasada, después de 35 años, no se pudo llevar a cabo por la irrupción de la pandemia, haciendo que Marruecos cerrase sus fronteras con España a mediados del mes de marzo. Y así continúan, clausuradas.
Aunque mucho se ha especulado en todo este tiempo con la posible reapertura, el número de incidencia en cuanto a contagios y muertes en uno y otro lado, además del suministro de la vacunas que no cuenta con el ritmo deseado por las administraciones, hacen pensar que, salvo sorpresa, en 2021 tampoco habrá este dispositivo entre los puertos del Estrecho para el transporte masivo de pasajeros y vehículos.
Evidentemente quedan algo más de cinco meses para la fecha de inicio programada de cada año, el 15 de junio, por lo que todavía resulta muy osado aventurarse a confirmar su cancelación, lo deberán hacer en su momento las autoridades de los países implicados, pero los presagios no son nada halagüeños a tenor de la situación que se está dando en la zona y en el resto del mundo.
Habrá que esperar algunas semanas más, mientras se va prolongando el estado de alarma en el reino alauita, para ir descifrando la postura que puedan adoptar sus dirigentes acerca de retomar o no los enlaces marítimos con la península, aunque, de ser así, algo que cada vez va perdiendo más enteros, sería con menos rotaciones de barcos y estableciendo protocolos exigentes a la hora de controlar la entrada y salida de personas en los buques, por lo que esas llamativas aglomeraciones en las parcelas de los preembarques, por lo pronto, parece que tardarían en repetirse.
LAS NAVIERAS, MUY PENDIENTES. Además de las personas que van camino de acumular el primer año sin poder regresar a casa, muy pendientes de si celebra o no la OPE están las compañías que se encargan de ofrecer este servicio en el Estrecho de Gibraltar, que ya sufrieron los estragos durante el 2020, acumulando suculentos descuadres en sus ingresos previstos, ya que, en su mayoría, en torno al 75-80% del presupuesto está enfocado a lo que se recauda en esos tres meses de verano.
Un año más sin OPE podría ser un mazazo casi definitivo para algunas de ellas, que a duras penas conservan a parte de su personal para seguir ofreciendo el enlace con el norte de Marruecos sólo para mercancías y entre Algeciras y Ceuta, donde el tránsito de viajeros ha caído en un alto porcentaje debido a las continuas restricciones aplicadas en ambos territorios y cuyo fin, por lo pronto, no parece vislumbrarse.