Biólogos crean un modelo que predice dónde están los bancos de merluzas

Predice la distribución en las aguas marinas, a partir de la temperatura del agua y la localización de sus presas

Biólogos marinos del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona y del Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han desarrollado un muevo modelo que predice la distribución de la merluza en las aguas marinas, a partir de la temperatura del agua y la localización de sus presas. El modelo también tiene en cuenta los cambios que se producen en las variables entre los meses de verano e invierno, lo que puede tener implicaciones para una futura gestión pesquera adaptada a cada estación.

La merluza europea es una de las especies más pescadas en el Mediterráneo, donde tiene un gran valor comercial, pero para asegurar su sostenibilidad es importante conocer su distribución espacial, su ecológica trófica y la manera en la que interacciona con el medio, según la investigadora del ICM-CSIC Elena Lloret, que ha liderado el trabajo.

Los resultados del trabajo ponen de manifiesto que las variables ambientales impactan en mayor medida en la distribución de las poblaciones de merluza

Generalmente, los modelos de distribución espacial de la especie incluyen sólo factores ambientales, lo que permite hacer predicciones menos precisas, pero este nuevo modelo tiene en cuenta tanto variables ambientales como la profundidad o la temperatura del agua, como variables relacionadas con la biología de la especie como lo es la distribución de sus presas.

Los resultados del trabajo ponen de manifiesto que las variables ambientales impactan en mayor medida en la distribución de las poblaciones de merluza, si bien revelan que la distribución espacial de sus presas potenciales, que no tiene nada que ver con el ambiente, es también importante.

«Los ejemplares adultos tienen, en general, preferencia por las zonas profundas donde el agua está más fría», ha detallado Lloret, que explica que para hacer el estudio analizaron muestras de merluza recogidas durante dos campañas oceanográficas –una en verano y otra en invierno- en 2013 en el oeste del Mediterráneo, entre Castellón de la Plana y Barcelona.

Esto permitió a los autores ver que durante el invierno la mayoría de adultos se sitúan en la zona sur del delta del Ebro, mientras que en verano se desplazan hasta el norte de Tarragona.

Para entender mejor los resultados relacionados con la distribución de la especie, los investigadores utilizaron modelos tróficos capaces de determinar el porcentaje de cada grupo de presas en la dieta del depredador a partir de información isotópica de la merluza y de sus presas.

Según estos modelos tróficos, por lo general, las merluzas más pequeñas se alimentan mayormente de pequeños crustáceos y, a medida que aumentan de tamaño, su dieta cambia y empiezan a consumir otras presas y más cantidad de peces.

Los modelos isotópicos revelaron también que, durante el verano, los adultos consumen más crustáceos que en invierno y que los juveniles, a pesar de tener una dieta dominada por crustáceos en las dos estaciones, cambian las proporciones de cada grupo de presas entre verano e invierno.

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