Las instalaciones del puerto de Algeciras recibieron el pasado viernes la llegada de un buque que llama la atención por su fisonomía. Se trata del APT James, fabricado en el astillero de Austal Vietnam (en Vũng Tàu) que en breve se pondrá al servicio de la Compañía Nacional de Desarrollo de Infraestructuras de Trinidad y Tobago, para conectar esta zona con el Caribe.
Se trata de un catamarán de aluminio, de alta velocidad y 94 metros de eslora, con capacidad para 926 pasajeros y 250 automóviles, que alcanza velocidades de hasta 37,5 nudos y que cuenta con las últimas novedades en tecnología “inteligente”, incluido un avanzado sistema de control de movimiento, para ofrecer un viaje más cómodo y estable para los viajeros y la tripulación.
Llamativa también fue su flotadura, llevada a cabo durante cinco días. Primero, la embarcación fue transportada desde el astillero hasta una barcaza, después fue remolcada por el río Saigón a la ciudad de Ho Chi Minh y allí fue puesto a flote. Posteriormente fue remolcado de regreso a Vũng Tàu.
La intención del Gobierno de Trinidad y Tobago era ponerlo en liza en el transcurso de este año que acaba, pero la crisis del coronavirus lo ha impedido, por lo que está previsto que inicie su nueva singladura a finales de este mismo mes, al menos, así lo ha confirmado en días pasados su ministro de Obras y Transporte, Rohan Sinanan: «los materiales y equipos tienen pocas existencias y son más difíciles de conseguir de lo habitual. La logística y el transporte marítimo se han visto afectados de manera similar a medida que las empresas de la cadena de suministro se adaptan para trabajar de forma más segura durante la pandemia «, a pesar de lo cual, ha asegurado que «se cumplirá la promesa hecha por el gobierno de PNM al pueblo de Tobago de mejorar los viajes en el puente marítimo al más alto nivel internacional”.