El Gobierno de Marruecos ha anunciado en las últimas horas la prolongación, por octava vez, del estado de emergencia sanitaria. En esta ocasión será hasta el próximo 10 de diciembre, tras una escalada continuada de los casos de contagios por la COVID-19, lo que se traduce en que sus fronteras permanecerán cerradas, al menos, hasta los últimos días del año, aunque cada vez hay menos esperanzas de que vuelvan a abrir en lo que queda de este fatídico 2020.
La decisión, aprobada por decreto tras el Consejo de Gobierno semanal, se anuncia cinco días antes de que expire el actual estado de emergencia, el próximo martes.
El país registró ayer dos nuevos récords al alcanzar 5.745 contagios en 24 horas y 82 muertos, con Casablanca-Settat como la región que acapara casi la mitad de los casos registrados.
El presidente del Gobierno, Saadedín Otmani, reconoció en una comparecencia el pasado martes ante la Cámara de Consejeros (alta) que la situación epidemiológica de Marruecos es «inquietante», pero matizó que aún «no está fuera de control».
Otmani señaló un reconfinamiento general del país «sigue siendo una opción si la situación epidemiológica se convierte en incontrolable».
Al mismo tiempo llamó a los ciudadanos a tomar más precauciones y respetar las medidas sanitarias individuales y colectivas contra el virus, así como tener cuidado con los rumores y bulos publicados en las redes sobre la gestión de la pandemia. EFE.