“Ni los estibadores pretendemos realizar las funciones de los trabajadores de las empresas estibadoras ni viceversa”, afirman Óscar Martínez y Jarque, presidentes de la Coordinadora Estatal de Estibadores Portuarios y de los Trabajadores de los Puertos de Valencia respectivamente, “eso es lo que pretenden hacernos creer las empresas, poniendo en práctica una estrategia zafia de enfrentamiento entre trabajadores, cuando lo que, en realidad, hay detrás, es la intención de reducir la plantilla de ambos colectivos, en un ERE encubierto. Por más que se empeñen, no lograrán dividirnos”.
Ambos representantes de los trabajadores son contundentes: “lo que buscamos, tanto estibadores como trabajadores de los puertos, es la garantía de que vamos a seguir desempeñando las funciones para las que hemos sido contratados, que continuaremos con nuestra ocupación efectiva, que nuestros puestos no queden vacíos de contenido”.
«No parece de recibo que con la excusa de que se va a implantar un nuevo sistema informático que, por otro lado, ya funciona sin incidencias en otros puertos, incluso en terminales de las mismas compañías que operan en Valencia, se aproveche para eliminar puestos de trabajo y paralizar el resto de la actividad formativa», apuntan desde el sindicato.
“Tenemos pactado, en el IV Acuerdo Marco, en el V y en convenio colectivo, que el plan formativo del puerto se negociará entre trabajadores y empresas. Ahora pretenden saltarse ese pacto e imponer la formación que les parezca a base de secuestrar el resto. Es una práctica, como mínimo, abusiva, dictatorial y desleal, pues contradice lo firmado entre las partes”, afirma Martínez. “Como podrán entender, no estamos de acuerdo con esta actuación y esto nada tiene que ver con la intención de que ningún colectivo profesional quiera asumir labores de otros. Eso es un mensaje envenenado cuyo único objetivo es dividir a los trabajadores”, sentencia Jarque.
La buena voluntad y compromiso con el consenso de la parte social se ha vuelto a poner de manifiesto hoy, en el acto de conciliación oficial, en el que los trabajadores han propuesto la desconvocatoria de la huelga preavisada, si los empresarios desisten del conflicto laboral interpuesto para abrir una mesa de negociación tripartita, en la que comparezcan los dos colectivos de trabajadores y las empresas, donde se definan, de manera clara, las funciones de cada uno de los profesionales.