La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha aplaudido las iniciativas presentadas a la segunda edición del ‘Reto Ansemac’, enmarcado en el ‘Programa Áurea’ que organiza la Universidad de Sevilla y que cuenta con la colaboración de la Asociación Andaluza de Mujeres Empresarias del Medio Ambiente (Ansemac) y el respaldo del Instituto Andaluz de la Mujer, dependiente de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación. Carmen Crespo ha resaltado que los proyectos presentados a este concurso son «soluciones realmente innovadoras para conseguir un aprovechamiento sostenible de las algas asiáticas que han llegado a las costas andaluzas, convirtiéndolas así en una oportunidad de desarrollo y de generación de riqueza».
El objetivo general del ‘Reto Ansemac’ es responder a necesidades actuales relacionadas con el medio ambiente y la sostenibilidad, igualdad de género, problemas de alimentación y de salud. En el caso concreto de esta segunda edición, centrada en las algas asiáticas que han llegado al litoral de Andalucía, las ganadoras han sido Irene Sánchez y Marina Cruz, que han centrado sus proyectos en la utilización de este elemento natural como material biodegradable para la creación de mobiliario urbano en zona de la costa.
La consejera de Desarrollo Sostenible ha puesto en valor que se trata de «iniciativas pioneras y ejemplo de economía circular, un modelo de producción por el que apostamos firmemente desde el Gobierno de Andalucía como vía para continuar avanzando en sostenibilidad». En concreto, las propuestas presentadas al concurso se basan en el uso de un filamento biodegradable para impresión con tecnología 3D a partir del algiato, un componente presente en las algas.
Entre las soluciones que han competido en 2020 en el ‘Reto Ansemac’ se encuentra también la iniciativa de Sally Mogollón León, que apuntaba diferentes aplicaciones de las algas en el ámbito de la construcción como, por ejemplo, su uso para fabricar ladrillos, revestimientos ornamentales y placas para construcción prefabricada. Por su parte, Maracena Uriarte, presentó un proyecto de reciclaje en el que, una vez secas, las algas se convertirían en láminas de plástico biodegradable que podrían servir para hacer bolsas de ‘no plástico’.
Además, otras universitarias participantes en el certamen han ideado otras alternativas centradas en el uso de esta especie vegetal en la gastronomía y la cosmética, en el aprovechamiento de sus propiedades terapéuticas o en su empleo como abono en programas de reforestación masiva en zonas afectadas por incendios.
El Programa Áurea está dirigido a universitarias, tanto estudiantes como graduadas, que desean mejorar su empleabilidad y se articula en torno al emprendimiento como herramienta probada para el desarrollo de la creatividad y de las habilidades profesionales. Mediante sesiones experienciales e interactivas, esta iniciativa facilita a las participantes recursos competenciales y de gestión de proyectos.