La Autoridad Portuaria de Bilbao ha puesto de manifiesto su postura acerca de la huelga iniciada el pasado 9 de octubre por el sector de la estiba en las instalaciones del puerto vasco. Lo ha hecho, por medio del siguiente comunicado:
– El Puerto de Bilbao es un polo comercial, logístico e industrial de referencia en el eje atlántico, que contribuye a la mejora de la competitividad de nuestra economía en el comercio internacional. Su actividad aporta el 1,29% del PIB de la CAPV y el 2,55% del de Bizkaia, contribuyendo al mantenimiento de cerca de
11.500 empleos, de los cuales cerca de medio millar son estibadores.
– Su condición de servicio esencial y la histórica aportación del Puerto de Bilbao al transporte y la logística a la hora de abastecer a la industria y a la ciudadanía vasca son indiscutibles. Sin una adecuada plataforma logística no hay venta, ni local ni internacional, siendo el Puerto de Bilbao una pieza fundamental para apoyar a las empresas y a la economía en general en su recuperación, con el objetivo de generar riqueza productiva y empleo.
– La huelga es un instrumento legal al servicio de la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, y como tal su convocatoria es siempre respetable; pero la huelga debe ser el último recurso, una medida extrema y excepcional, sostenida en fundamentos objetivos razonables, condicionamientos
que, en nuestra opinión, no se dan en la huelga actual que afecta al Puerto de Bilbao. Esta Autoridad Portuaria apela, por lo tanto, y seguirá apelando, al
diálogo entre las partes y al respeto mutuo para llegar a acuerdos.
– La huelga de los trabajadores/as de la estiba se está produciendo en plena pandemia, en un momento económico delicado para Bizkaia, para Euskadi y para todo nuestro tejido empresarial, con un gran número de ERTEs y despidos, y cierres anunciados. No se puede elegir peor momento, cuando más nos necesitan nuestras empresas y conciudadanos. Por si esto fuera poco, se anuncia el deseo de prorrogarla hasta el 9 de noviembre, lo cual agravará esta problemática, conllevando al Puerto de Bilbao pérdidas sensibles de tráficos que se van a otros enclaves -como nos consta que se está produciendo- y que puede que no vuelvan, así como un quebranto general a la competitividad de nuestro sector manufacturero, si nuestras empresas no pueden recibir a tiempo material o piezas esenciales, o si no pueden entregar sus productos en las fechas acordadas a sus clientes y pierden pedidos. Somos una cadena logística y si falla un eslabón clave, la cadena se rompe y con ella caemos todos/as.
– El paro se produce, además de en plena crisis derivada de la pandemia, a las puertas del Brexit. En esta trascendental disyuntiva partíamos como puerto con opciones para poder captar más tráficos y dar mejor servicio, pero esa posición la vamos perdiendo cada día que se mantiene la huelga.
– A mediados del presente año, y como consecuencia de los efectos de la pandemia, calculamos una caída para el presente ejercicio de un 11% del tráfico en nuestro Puerto, pero los datos empeoran aceleradamente a consecuencia del actual escenario. La situación es mala. A menor carga de trabajo, menores ingresos y pérdidas de empleos. Debemos reconocer desde la Autoridad Portuaria de Bilbao que nuestra actual percepción de la situación y su posible solución es francamente negativa. Desconocemos si las partes han meditado realmente sobre el camino emprendido y las consecuencias dramáticas y dolorosas de sus decisiones.
– Es importante remarcar que las consecuencias de esta huelga las sufren toda la comunidad logístico-portuaria (transportistas, navieras, consignatarios, transitarios…), y sobre todo las empresas que necesitan los servicios del Puerto de Bilbao para su internacionalización y salir de esta crisis. Todas esas industrias, grandes y pequeñas, tienen una identidad; y todos estos empleos tienen nombre, apellidos y familias detrás. Dramas económicos, personales y
familiares en definitiva. Será a la postre, por lo tanto, muy negativa para todos/as, incluidos las empresas y los trabajadores/as de Bilboestiba.
– En vez de estar todos y todas a una para intentar relanzar nuestra economía, aprovechar las oportunidades y mejorar nuestro posicionamiento logístico, nos encontramos con un servicio de estiba que no termina de encontrar su equilibrio funcional y operativo, poniendo palos en la rueda de la necesaria recuperación. Ninguna actividad económica, y el Puerto de Bilbao tampoco, puede soportar en el tiempo una situación de preavisos de huelgas, crispación laboral permanente y huelgas una detrás de otras. De seguir esto así, romperá por algún sitio y las consecuencias serán graves; y ya se ha demostrado a lo largo del tiempo que un cierre del conflicto en falso, no es la solución. Demasiadas negociaciones fracasadas, muchos años de crispación y un deterioro progresivo contrastado en la calidad del servicio. Simplemente no podemos seguir así.
– Ante esta situación, una conclusión innegable es que el actual modelo de gestión de los servicios de estiba simplemente no sirve. No se cuestiona ni la profesionalidad de los trabajadores/as, ni las retribuciones que reciben, ni por supuesto su lógico e innegociable interés por mantener el puesto de trabajo. Los problemas vienen por la no aceptación de las nuevas realidades, normativas y operativas, la falta de productividad y de la competitividad global del servicio y, por supuesto, la manifiesta y preocupante incapacidad de llegar acuerdos entre los representantes de ambas partes.
– Consideramos que la situación es muy frustrante y peligrosa y, por ello, compartimos la solicitud de arbitraje al PRECO, el servicio público de mediación del País Vasco, realizado por las empresas de Bilboestiba. Al tiempo que apelamos a la responsabilidad de todos, a realizar reivindicaciones de acuerdo a la legalidad vigente sin menospreciar al resto de los colectivos y sin perjudicarles en un derecho fundamental que es el derecho al trabajo, y a ser solidarios con una gran parte de esta sociedad que necesita que el Puerto de Bilbao esté, como siempre lo ha hecho, al servicio de nuestra economía. Nadie entendería, ante una falta de acuerdo tan perjudicial, que no se aceptara esta mediación.