Turquía ha enviado de nuevo un buque a aguas en disputa con Grecia para realizar estudios sismólógicos y buscar hidrocarburos, un movimiento defendido como un «derecho» desde Ankara pero percibido como una «amenaza» desde Atenas, que ha buscado en estas últimas semanas el respaldo del resto de socios de la Unión Europea.
La Marina turca ha informado del despliegue del ‘Oruc Reis’ hasta el 22 de octubre en una zona situada entre las islas de Kastelorizo y Rodas, después de retirar el barco en septiembre para dar una oportunidad al diálogo con Grecia. Turquía ya avisó entonces de que reanudaría la actividad si no había avances.
«Seguiremos buscando, perforando y defendiendo nuestros derechos», ha proclamado este lunes el ministro de Energia, Fatih Donmez, según la agencia Bloomberg. «Oruc Reis», se ha limitado a publicar en Twitter el jefe de la diplomacia turca, Mevlut Cavusoglu.
El Ministerio de Exteriores griego no ha tardado en responder a un movimiento que, en su opinión, «representa una escalada y una directa para la paz y la seguridad de la región», por lo que ha instado a las autoridades turcas a dar marcha atrás, informa el periódico ‘Kathimerini’.
Grecia sostiene que sus islas deben ser tenidas en cuenta para su placa continental, en línea con lo establecido en la Convención sobre el Derecho del Mar de la ONU. Turquía no ha suscrito dicho pacto y sostiene en cambio que las partes al sur de Kastelorizo, apenas a unos kilómetros de su costa, forman parte de su zona económica exclusiva.