La Unión Europea (UE) y el Reino Unido siguen enfrascados en la negociación de su relación tras el Brexit, un diálogo en el que los avances para cerrar un acuerdo no llegan, aunque buscan alcanzar un pacto en las próximas semanas.
Las posturas están especialmente alejadas en los ámbitos de la competencia justa, la pesca y la gobernanza del futuro convenio, cuestiones determinantes para el éxito de las conversaciones.
En el capítulo de pesca, el club comunitario defiende mantener una situación lo más similar posible a la actual, en la que los pescadores europeos tienen acceso a las aguas británicas con las cuotas pactadas entre los Estados de la UE.
Sin embargo, Londres apuesta por negociar anualmente las cuotas con los países del bloque, un arreglo similar al que se acordó con Noruega y que la Unión Europea considera técnicamente inviable por la gran cantidad de especies en las aguas británicas, a diferencia del convenio suscrito con Oslo.
Desde el ECIPE, David Henig opinó que «no es realista» pensar que los Veintisiete mantendrán el mismo acceso a las aguas británicas que tenían antes del Brexit.
El analista Pieter Cleppe, de la organización Property Rights Alliance, consideró que en la pesca el Reino Unido tiene una posición de superioridad porque algunos Estados miembros necesitan las capturas en aguas británicas y podrían sufrir «un daño horrible» sin acuerdo. Así, agregó que comunicar a la opinión pública de países como Francia la pérdida del acceso a las aguas del Reino Unido «no será fácil». «Pero, por otra parte, el Reino Unido está interesado en un acuerdo porque no son capaces de vender todo el pescado que se captura en sus aguas», completó.
La subdirectora de Bruegel, Maria Demertzis, señaló que la pesca es un instrumento con el que Bruselas intenta «forzar» a Londres a aceptar las garantías que aseguran una competencia justa.
«Es la forma de presionar al Reino Unido, que haga algunas concesiones en la igualdad de condiciones (para una competencia justa) y después la UE hará concesiones en la pesca», comentó, para después precisar que la pesca «económicamente no es tan importante» como las garantías para una competencia justa.
Como Cleppe, recalcó que el Reino Unido vende la mayoría de su pescado a la UE y, sin un acuerdo, no podría dar salida al producto. EFE