La prolongación, durante un mes más, del estado de alarma en Marruecos, conocido en los últimos días, ha propiciado que se desvanezcan las esperanzas de miles de ciudadanos del país vecino que viven en España y que ya acumularn siete meses sin poder volver a su lugar de origen.
El pasado 14 de marzo, se decretó el cierre de sus fronteras ante el inicio de la pandemia del coronavirus, procurando por todos los medios que el país quedara aislado por tierra, mar y aire, salvo los servicios esenciales, como ocurre en la línea entre Algeciras y Tánger Med para el transporte de mercancías.
Tras el paso de los meses más duros y la llegada del verano, parecía que la relajación de las medidas adoptadas por países europeos como España, Francia o Italia también se iban a seguir en el alauita, sin embargo, la alerta se ha ido prolongando mes a mes, hasta llegar al 10 de octubre, que es cuando finalizaba el último plazo, aunque las autoridades sanitarias han vuelto a aconsejar que los límites sigan cerrados a cal y canto durante, al menos, 30 días más.
Durante todo este tiempo, además de programarse repatriaciones contadas desde la Embajada en España, sólo se han abierto las fronteras, desde mediados de julio, gracias a la recuperación de enlaces aéreos y por mar sólo con dos ciudades concretas, Génova, en Italia, y la francesa de Séte, quedando sin comunicación puertos españoles como Tarifa, Málaga o Almería, además del más utilizado, el de Algeciras, y los pasos terrestres de Ceuta y Melilla, con el daño que ha provocado para las compañías que operan en estas líneas, que no han podido contar con los fundamentales ingresos de la OPE de cada verano.
Este dispositivo se ha visto suspendido después de 34 años, por lo que cientos de miles de viajeros no han podido cruzar a la otra orilla del Estrecho para reencontrarse con sus familias, ni siquiera en fechas muy sensibles para la comunidad musulmana, por lo que todo hace presagiar que las fronteras permanecerán cerradas en lo que queda de año, ya que, de lo contrario, se podría correr el riesgo del desplazamiento masivo en fechas próximas a la Navidad, por el parón en centros educativos europeos, lo que no parece nada aconsejable si lo que se pretende es que el virus no se siga expandiendo.