Corren tiempos difíciles para sectores como la hostelería, que ha dado por concluido un verano atípico, con poco turismo y muchas restricciones, lo que se ha traducido en un notable descenso de pernoctaciones y eventos.
En la comarca del Campo de Gibraltar, contar con uno de los puertos más importantes del mundo se ha convertido en una vía de escape, ya que el continuo cambio de tripulaciones de los buques ha permitido que esta demanda se haya mantenido, como ocurre en el caso del hotel Alborán, desde que reabriera sus puertas a principios de junio.
Sin embargo, la cancelación de la Operación Paso del Estrecho ha supuesto un importante revés, ya que el flujo de viajeros para cruzar a la otra orilla no ha existido, aunque no han faltado algunas celebraciones programadas, como bodas o comuniones, y eventos, de todo tipo (cursos de formación, reuniones de colectivos…) que se han podido llevar a cabo gracias a las medidas adoptadas por sus responsables en todo el establecimiento, tanto de higiene como de seguridad, y que han sido certificadas para tranquilidad del cliente.