El puerto de Beirut, gravemente dañado por las explosiones que devastaron la zona el pasado 4 de agosto, ha retomado parte de sus operaciones, con vistas a recuperar la actividad en una estratégica vía por la que entran gran parte de las importaciones de todo Líbano.
El ministro de Economía y Comercio, Raoul Nehme, ha informado en un vídeo publicado en Twitter de que «el puerto está operando para permitir que los barcos descarguen contenedores y cargas y que los comerciantes puedan recogerlas», según informa la agencia de noticias Bloomberg.
Las Fuerzas Armadas han confirmado este miércoles que siguen trabajando en la zona retirando escombros, tanto del puerto como de las zonas aledañas, según la agencia libanesa NNA.
El Gobierno libanés dimitió el lunes en bloque por esta tragedia, que se ha saldado por el momento con 171 víctimas mortales, según un portavoz del Ministerio de Sanidad citado este miércoles por la agencia DPA. Unas 6.000 personas resultaron heridas por las explosiones, derivadas del almacenamiento inadecuado de nitrato de amonio.
Las partes políticas libanesas han iniciado ya contactos para tratar de conformar un nuevo Gabinete, con el objetivo de poder cerrarlo incluso este mes. El presidente del Parlamento de Líbano, Nabih Berri, abogó el martes por la creación «rápida» de un nuevo Ejecutivo que sustituya al del dimitido Hasán Diab.
VISITA DEL MINISTRO ALEMÁN. Entretanto, el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ha llegado este miércoles a Beirut, donde ha entregado personalmente un cheque de un millón de euros a la Cruz Roja libanesa, primera parte de una ayuda que alcanzaría en total los 20 millones.
Antes de su partida, Maas ha subrayado que Líbano «necesita ahora un nuevo comienzo y profundas reformas económicas», reiterando un llamamiento recurrente de estos últimos días por parte de la comunidad internacional, que se ha movilizado para ayudar al país tras las explosiones.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, ha realizado también una visita a Líbano, desde donde ha confirmado que la organización donará inicialmente 17.500 toneladas de harina –hasta un total de 50.000–, así como trigo para ayudar durante tres meses a reponer las reservas que han quedado destruidas por las explosiones.
«Es difícil entender la verdadera magnitud de la destrucción (…) hasta que no lo ves por ti mismo. Estoy desolado», ha dicho Beasley, al advertir de que «miles de personas se han quedado sin hogar y están pasando hambre». Líbano importa casi el 85 por ciento de los alimentos y el Banco Mundial estima que un millón de personas viven por debajo del umbral de la pobreza.
Tras examinar el puerto, el máximo responsable del PMA confía en que «muy pronto» se pueda iniciar una operación de emergencia, ya que «no hay tiempo que perder».