La instalación gestionada por REE (Red Eléctrica Española), que establece la interconexión eléctrica entre España y Marruecos, conocida popularmente como el «cable de Tarifa» y que ha cumplido ya 22 años desde su puesta en marcha, según Agaden, «no ha dejado de provocar en los últimos años continuas fugas por roturas en la instalación», hecho que desde este colectivo «no se ha dejado de denunciar», según recuerdan en una nota.
Estas fugas de aceite refrigerante, «debidas a lo obsoleto de la instalación, se producen en la profundidad del Estrecho y, si bien nos pasan desapercibidas por su localización, debemos recordar que afecta gravemente al medio marino. El vertido que se produce con cada rotura no es tan inocuo como pretenden vendernos, ya que este refrigerante está catalogado como producto químico de toxicidad R 21 y R 22, el cual afecta tanto a la Reserva de la Biosfera, la cual es deber de todos el protegerla, como por los problemas graves que puede traer a un sector tan frágil en estos momentos como es el pesquero», detallan los conservacionistas.
Por otra parte, la asociación ecologista considera la no conveniencia de mantener instalaciones cuya razón de ser no es otra «que traer energía sucia desde Marruecos. Al día de hoy Europa ha conseguido dentro de su espacio el cierre de centrales térmicas de carbón por su alta contaminación, no debemos caer en la hipocresía de importarlo de terceros paíse», exponen. Por ello , desde Agaden «hacen un nuevo llamamiento al Ministerio de Industria y Energía pidiendo información de los hechos acaecidos y el desmantelamiento de la instalación», concluye la nota.