Según los datos de la Federación de Empresarios de Hostelería de Cádiz (Horeca), la ocupación hotelera en la provincia durante la primera quincena de julio ha sufrido una caída de casi 35 puntos (34,92) con respecto a la misma franja del 2019, cuando se llegó a contar con el 81.85% de ocupación.
En Algeciras, los números hablan de un 57.46%, datos por debajo de lo esperado, pero que se mantienen gracias, en parte, a la actividad portuaria generada en la zona.
“Nosotros abrimos el 8 de junio, fuimos de los primeros, aunque hubo algunos que se mantuvieron sin cerrar durante el estado de alarma, y las perspectivas no eran muy buenas, pero a los pocos días empezamos a recibir reservas de las empresas consignatarias con las que tenemos acuerdos comerciales, que tenían la necesidad de alojar a tripulaciones de barcos, que llevaban bastante tiempo embarcadas y, que, en el momento que se abrían los vuelos, necesitaban alojarlos, tanto a los que salen como a los que entran”, explica Susana Ruiz, directora del hotel Alborán e integrante de Horeca.
Además, durante este tiempo, según añade la propia Ruiz, se ha incrementado el número “de clientes de empresas, motivado por las paradas en industrias de la zona, otros que llevan a cabo labores de reparaciones en barcos, de ahí que haya habido grupos… en el Campo de Gibraltar, la actividad que genera nuestro puerto nos beneficia a las empresas de servicios”, sentencia.
OPE 2020. La suspensión, hasta la fecha, de la Operación Paso del Estrecho, es otro importante contratiempo para los alojamientos de la zona. “También lo vamos a notar, puesto que el flujo de personas es importante, ya que muchas deciden alojarse en hoteles: hay movimiento porque a lo mejor llegan a unas horas en las que no pueden coger sus barcos y tienen que quedarse a dormir o en la vuelta… lo vamos a notar”, vaticina.
Por la reservas actuales y el transcurrir de las últimas semanas, ya se puede adelantar que estamos ante un verano difícil para el sector. “Sí, en el tema turismo está todo muy parado, aunque se nota algo más de afluencia durante los fines de semana, gracias a la piscina que disponemos – en el caso del hotel Alborán – pero en general, y yo que pertenezco a Horeca, puedo decir que en la provincia es la tónica general, está todo muy parado. Entre semana la ocupación es muy baja en julio, pero aquellos hoteles que tienen una dependencia muy grande del turismo internacional lo están pasando peor”, admite Susana Ruiz.
Los esfuerzos de estos establecimientos se centran en “generar confianza entre los clientes”, para ello “contamos con todos los protocolos establecidos, las exigencias impuestas desde el Gobierno”, pero no ayuda algunos condicionantes, como ocurre con el uso obligatorio de las mascarillas. “La nueva orden de la Junta de Andalucía de utilizarlas, incluso en las playas, hace que, según me dicen muchos compañeros de la provincia, se están dando anulaciones por la inseguridad de que haya rebrotes, como ocurre en algunas zonas del país en las que se están haciendo confinamiento, de ahí que se produzcan algunas cancelaciones”, explica.
En resumen, aunque el balance no es positivo para un sector que tiene en estos meses la época del año en la que más perspectivas de negocio plantea, “desde el 8 de junio, que es cuando abrimos de nuevo las puertas, podemos decir que tenemos unos niveles buenos, aunque no quiere decir que sea una dinámica generalizada”, concluye Susana Ruiz.